Ya os henos comentado que en pleno confinamiento aprovechábamos casi todo de la nevera. Primero por ese respeto que le teníamos todos a salir a comprar, toda esa desinformación, las colas que había por los aforos, y también porque si optábamos por hacer pedidos online estos tardaban días en llegar, y en algunas ocasiones, no traían cosas del pedido por escasear el producto. Todo muy surrealista, qué os vamos a contar. Así que, como en todo momento tuvimos un jamón en casa, con sus recortes y grasa hacíamos un fondo o caldo para otros platos al que añadíamos algunas verduras, pero éstas eran también recortes o piezas que ya no tenían presencia, y unas veces usábamos unas y otras veces otras, lo que hubiera.
Hoy os traemos una versión de ese fondo que trae los ingredientes que quizás son una constante en este fondo de jamón, que a todo esto, seguimos haciendo en casa con los recortes de los sucesivos jamones que hemos comprado. Nos parece una elaboración fantástica para muchos platos como arroces,
fideuas, sopas de verduras, guisos con patatas y verduras,
sopas de ajo,
sopa de cebolla express,
sopa de judías verdes y un sin fin de platos a los que le vaya el sabor a jamón. Y recordar un detalle, la grasa empleada para hacer este fondo, se quita perfectamente cuando el caldo enfría en nuestro recipiente, ahora os enseñamos cómo se elimina de una forma aún más sencilla. Todo lo demás será puro sabor a jamón.
Vamos con los ingredientes de este caldo de confinamiento, para 2,5 litros de agua, un puñado de recortes (300 g sin partes negras o rancias), unas hojas de repollo o col, unos tallos verdes de puerro bien limpios, piel de cebolla, piel de calabacines, 1 tomate pequeño blando o pieles de rallar tomate, unos ajos, pieles de zanahoria, un poco de pimiento rojo y un poco de pimiento verde (puede ser la parte de las semillas), un poco de perejil fresco, una hoja de laurel, sal y agua. Otras veces ha llevado, 1 punta de jamón pequeña, piel de calabaza, cebolla vieja, rabitos de judías verdes, un poco de chirivía, un poco de nabo, un poco de apio, hojas de acelga más feas.
Diréis, ¿echáis las pieles de cebolla? efectivamente esto no aporta sabor alguno, pero sí color. Aporta un color natural maravilloso, eso sí, hay que lavarlas antes. El resto de ingredientes vegetales los picamos grotescamente (menos el tomate) y los ponemos junto con el jamón que irá tal cuál, para cocer todo en el agua.
Nosotros lo hemos cocido en cazuela para que veáis los pasos, en olla rápida es una media hora y en cazuela normal 1 hora más o menos y tapado, pero aguantaría mucho más. Una vez haya cocido lo colocaremos en una cazuela todo bien colado o en botellas de cristal. Esto último nos parece muy cómodo para conservar el caldo en la nevera. Ya sabéis que para que hagan un pequeño vacío, una vez llenas y con el caldo caliente, girar las botellas tapadas y dejarlas enfriar boca abajo. En una terraza o tendedero exterior se enfriarán ahora sólo en 2 horas.
Y ahora un truco para disfrutar del caldo sin nada de grasa, es tan fácil como usarla en frío, importante, romper la grasa superficial metiendo un cuchillo por la boquilla, y volcar el contenido con la ayuda de un colador, todo se queda ahí, o bueno, a veces pasa que se queda parte en la propia botella. Puro sabor sin grasa alguna.
Al abrir cada botella veréis que se eliminará un leve vacío, que junto la capa de grasa que se genera, lo podéis tener mucho tiempo en la nevera, nosotros los hemos llegado a tener como máximo 8 días en perfectas condiciones.
Son de esas soluciones que te facilitan la vida y además te la enriquecen.
Carlos Dube.
Tomo nota !
ResponderEliminarMe encantan las recetas de aprovechamiento, pero esta es de súper aprovechamiento! Fabulosa!
ResponderEliminarQue delicia de caldo y si, por aquí hacíamos lo mismo. Ingeniar platos para aprovechar todo
ResponderEliminarReciclar, aprovechar y nutrirse con fundamento. Nada se tira. Enhorabuena por este artículo, me ha encantado.
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