Este verano hemos podido adquirir 3 tipos de tomates antiguos de Madrid, concretamente las variedades moruno, gordo y antiguo. Estos tomates han sido recuperados gracias a una agricultora llamada Pamela D'Ippolito Trochea, conocida por aquí por ser parte de la Huerta La Floresta, en la pequeña localidad de Quijorna, en Madrid. Una iniciativa avalada por el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA).  No sabemos si en verdad estos tomates vienen sólo de su huerto o son más agricultores los que se han animado a producirlos porque es verdad que se han podido adquirir en las tiendas Alcampo durante todo el verano y hace falta mucho terreno para abastecer todos estos hipermercados sólo en Madrid.



Los tomates ni qué decir tiene que son fantásticos, cada uno presenta una serie de peculiaridades organolépticas muy concretas. Todos poseen un sabor exquisito, son muy carnosos, caldosos y con una piel gruesa. Además, la presentación de los mismos es muy acertada porque en ninguna ocasión los hemos comprado dañados, aunque algunos estuvieran algo blandos, algo normal cuando un tomate tiene ya un tiempo fuera de la mata. Eso sí, en el hiper ves en las cajas tomates desde muy grandes a muy pequeños, algunos con la piel muy agrietada y otros literalmente deformados, todo muy lógico en tomates de semilla 'heirloom' o sin modificación genética. Su precio además es excelente, 1,70€ los 600 g, no sabemos si ha sido así toda la campaña, pero ayer mismo era lo que valían. Sin duda esa calidad incuestionable tiene que pagarse, pero no se han pasado.


Los descubrimos en julio gracias a mi hermano que los localizó en el Alcampo de Alcobendas y sobra decir que han sido nuestra salvación en un verano atípico en muchísimos aspectos y éste no iba a ser menos. Mis suegros no han podido traer tomates del pueblo, tampoco nos han regalado tomates los amigos, ni ningún vecino nos ha dado la sorpresa con tomates de sus huertos urbanos. Solo por esto tenemos que dar las gracias a todo el equipo que hay detrás de este proyecto, porque nos los han acercado de una forma muy sencilla alegrándonos los desayunos, comidas y algunas cenas en esta temporada. Sólo nos queda aplaudirles a todos desde nuestra página.


Y bueno, como cada 6 de septiembre comentaros que cumplimos un añito más. Este año ya sumamos 14 años desde que abrimos Mercado Calabajío, ahí es nada. El blog está en plena adolescencia, con todo lo que eso conlleva, ya veremos a ver cómo nos portamos este año, si llegamos a las publicaciones en hora y qué notas sacamos frente a vosotros, nuestros profesores :). Bromas aparte, cumplimos años en una época complicadísima, se presenta por delante un final de 2020 y un comienzo de 2021 con muchas incertidumbres por la durísima realidad que tenemos todos que afrontar. Es por esto qué a fecha de hoy, nos vais a permitir que os demos nuestra opinión sobre la evolución de esta pandemia.

Por desgracia el futuro más cercano va a ir por la misma línea que estos meses, sufriendo toda esta parada global en sucesivas olas y padeciendo la resaca de lo que ocurra en los meses que tengamos que dar pasos atrás. Pero no queremos mostrarnos pesimistas con el virus, somos los primeros que creemos que visto lo visto el virus no se va a ir y lo que toca ahora es convivir con él durante un tiempo indeterminado. Hay que ir poco a poco intentando retomar la normalidad en la mayor parte de los ámbitos, siendo conscientes que va a costar mucho esfuerzo, dinero e investigación por parte de la comunidad científica para regularizar la situación.


Pero sí somos muy pesimistas con la economía, creemos que esta crisis nos va a pasar una factura tan grande que va a pasar mucho tiempo hasta que nos recuperemos. ¿Qué solución vemos para que no se dilate demasiado en el tiempo? Complicada, creemos que no va a estar en manos de políticos ni economistas, vamos a estar en manos de la ciencia que será la que controle de una forma u otra esta maldita transmisión comunitaria. ¿Cómo? Pues hay que tener nuevas herramientas de test y rastreo más inmediatas, accesibles y certeras, con un índice cercano al 100% de eficacia. Algo de esto tendrá que venir en estos meses, mucho antes de que se consiga la deseada vacuna. Tenemos que saber en cualquier momento si lo portamos y con quien nos relacionemos también lo haga, es clave. Luego la vacuna conseguirá el resto, pero vamos, aquí sí que hay dudas de su salida rápida al mercado y de su eficacia.


Así que cuando lleguen esas pruebas diagnósticas masivas y fiables, ya sí intentar comportarnos de forma similar a como el que tiene una conjuntivitis, una gripe, o una gastroenteritis vírica, ser conscientes que es algo muy contagioso y que de no respetar el aislamiento habrá gente que enferme gravemente. A partir de esto, creo que seremos capaces de empezar a retomar nuestras vidas y reinventar una sociedad que debe de avanzar alrededor de este gran problema sin fecha de fin. Ojalá empecemos a ver la luz.

Carlos Dube.