A muchos de vosotros no os descubriremos nada, pero puede que a unos cuantos sí. Podemos asar unos pimientos de cualquier tipo en muy poco tiempo y además sin horno, algo que se nos antoja ideal en verano o para una improvisación. Lo importante es tener siempre pimientos frescos en la nevera, y bueno, una cazuela con tapa que no tiene por qué ser antiadherente.


Seguro que alguna vez os ha pasado que no sabéis que preparar de comida o cena, pues de esta manera os podéis marcar en muy poco tiempo una ensalada de pimientos asados. O bien prepararlos como acompañamiento de ropa vieja, usarlo en sopas, en un rico guiso de patatas con pimientos asados o con una legumbre, como aquellos judiones con pimientos y jamón.

El caso es que necesitaréis entre 40 minutos y 1 hora para prepararlos, aunque dependerá de vuestro gusto. ¿Lo malo? Que sólo podremos asar 2 o 3 a lo sumo, dependiendo del tamaño de la cazuela. La cantidad no es problema para nosotros porque es la cantidad que solemos usar en la mayor parte de los casos. Si sois una gran familia, no os queda más remedio que usar el horno. Os vamos a mostrar como prepararlos. Necesitaremos 2 pimientos grandes, aceite de oliva virgen extra y sal.


Lo primero será lavar bien los pimientos. Estos desde luego no fueron muy buenos ejemplares frente al asado.


Lo secamos y los frotamos con aceite y luego echaremos algo de sal.



Tapamos y no abriremos en ningún momento. Fuego medio, más o menos un 5 de la vitro.


Los menamos cada 10 minutos para que se muevan siempre sin abrir la tapa, hacerlo 2 ó 3 veces. Excepcionalmente, si debido a su tamaño no sois capaces de moverlos con el movimiento de la cazuela, podéis destapar y mover manualmente. Hacedlo siempre con una paleta nunca con un tenedor ya que los podremos pinchar y que salga antes su agua.


Aquí listos a los 45 minutos. Veréis que se desinflan y sale su jugo.


Importante, dejad enfriar tapados en la cazuela. Si es verano tardarán más en templar, así que podéis sacarlos a un plato. Luego a pelar.


Los cortamos en tiras y los ponemos en un cazo con los jugos de la cazuela, escurriremos las pieles para aprovechar el jugo. Lo que solemos hacer es calentarlos en un cazo con unos ajos fileteados durante unos 20 minutos a fuego mínimo y tapado. Nosotros los comemos calientes.


Aquí lo véis (esto es opcional). Lo bueno que tiene esta técnica que aprendimos de una amiga de mi madre hace años, es que si alguna parte del pimiento queda poco asada, esto lo termina de preparar.


Listo.


Espectaculares, iguales que en el horno convencional de casa.


Pues solamente nos queda desearos una feliz Semana Santa a todos los que os ausentéis desde mañana mismo. Nosotros seguiremos activos por aquí y en las redes sociales, y recordad, cualquier dura que tengáis con las recetas con todas nuestras propuestas de Semana Santa, no tenéis más que preguntarnos.

Salud.