Los huevos panagyurishte o huevos pochados al estilo búlgaro es un plato típico de Bulgaria al que queremos rendir un pequeño homenaje por ser parte de una gastronomía que no es demasiado conocida pero no por ello es menos sabrosa y deliciosa. El Яйца по панагюрски, como así se llama en su idioma es un plato tradicional que pertenece a un elenco importante de platos que han traspasado las fronteras en este país. Por lo que hemos deducido es como la sopa de ajo o tortilla de patatas por aquí, algo sencillo y muy arraigado.


Lo curioso es que esta preparación guarda unos cánones muy respetuosos, todos lo hacen más o menos igual, sólo varían algunos detalles. Algunos usan mantequilla o aceite de cánola en vez de oliva (como nosotros), y el cuajado de los huevos va desde un simple 'pasados por agua' hasta casi un huevo mollet, es decir, casi cocido del todo, eso como gustéis. Luego ya mínimas variantes como utilizar paprika picante en vez de dulce, y hay quien no usa ajo y sí zumo de limón con el yogur. Ah, se nos olvidaba, el queso feta es un añadido un tanto folclórico ya que la receta más tradicional no se usa apenas y si acaso se usa un queso similar llamado sirene.


Vamos pues con la receta sin más. Para 2 personas necesitaremos 4 huevos, 200 ml de yogur tipo griego, 1/2 diente de ajo, 75 g de queso sirene o feta, agua, un poco de vinagre, sal y aceite de oliva o mantequilla. Opcional pimienta y perejil fresco.


Lo primero que haremos será dejar el yogur a temperatura ambiente, es importante este detalle porque el plato se consume atemperado, no caliente. Una vez el yogur adquiere la temperatura deseada lo batiremos con el ajo, a nosotros no nos gusta encontrárnoslo picado o estrujado.


Y de paso le echaremos un buen golpe de pimienta y una pizca de sal, aunque esto es absolutamente opcional. Reservamos.


Escalfamos los huevos con agua y un chorretón de vinagre.


Y vamos troceando el feta.


Colocamos los huevos en un plato o fuente, nosotros preferimos fuente, y con un papel de cocina vamos absorbiendo el agua sobrante, lo podéis ver a la derecha. Así no nos queda agua residual.


Aquí listos.


Ponemos el queso feta por encima, aunque muchos lo sirven debajo aplastado con un tenedor.


Cubrimos casi totalmente con el yogur reservado.


En una sartén aparte ponemos 2 cucharas de aceite de oliva o una cucharada de mantequilla.


Freímos el pimentón, fuera del fuego, y lo echamos...


Decoramos opcionalmente con perejil. Otra puntualización, mucha gente echa muchísima más cantidad de aceite, con esto calientan el preparado, pero nos parecía mucho más graso.


Un plato original sin duda, os los vamos a recomendar comer con abundante pan.

Salud y feliz semana.