Este pequeño mercado se celebra en las instalaciones de la Fundación Carmen Pardo-Valcarce, una organización reconocida a nivel mundial que cuida y defiende los derechos de las personas con discapacidad intelectual, ayudándoles en su vida laboral y personal, creado oportunidades reales para un colectivo claramente desfavorecido. Las instalaciones que posee son maravillosas, de hecho y por un momento no parece que estemos en Madrid, espacios abiertos de ocio en donde coexisten instalaciones de todo tipo y en las que además se encuentran 8000 m2 de parcelas exteriores, pronto serán más, en donde el concepto de huerto urbano (y huerto escuela) tiene un peso específico. Aquí muchos particulares han encontrado una forma de cultivar sus verduras por ellos mismos y con sus cultivos alimentarse o incluso ganarse la vida.
Pues justo aquí, y un domingo al mes (hacia mediados), el recinto reúne a varios productores locales de la Comunidad de Madrid donde venden sus productos mientras se puede disfrutar de este idílico entorno y de varios talleres para adultos y niños. A nuestro hijo, que es muy pequeño aún, sólo le hacía gracia montarse en un pequeño tractor que había en el mercado, pero allí se podían hacer muchas cosas con ellos y es algo a tener muy en cuenta si vais toda la familia.
A mí personalmente lo que más rabia me da de este auge es que pese a que la agricultura ha tomado un protagonismo que perdió en anteriores décadas, se ha transgredido un poco dicho concepto hasta algo que más parece una moda que un estilo de vida. Lo que está claro es que la agricultura no tiene porque ir siempre ligada a la ecología, la agricultura es mucho más que eso. No vamos a enrollarnos con esto pero es un medio de vida durísimo, y muy oscilante, que no tiene porque tener la estética que nos quieren hacer ver algunos movimientos naturistas, revistas o personas. Por estos sitios se ven familias muy bien acomodadas que se bajan de auténticos cochazos con unas botas de agua de marca hacia el huerto a cultivar sus kales, tomates y ruibarbos. La agricultura no es sólo eso.
Bueno, os vamos a contar un poco lo que vimos y tenemos que agradecer a nuestra amiga Ana Muñoz de Cuando Opina La Celestina que nos diera la pista para ir. Nada más entrar guías para los cultivos y diversos abonos naturales para que los pequeños agricultores se sirvieran.
Un compost el cuál será producido por los restos orgánicos de todos.
Un curioso club colombófilo con su palomar, donde se cría y cuida a la paloma mensajera. Algo realmente curioso, y muy útil, que desconocíamos. Más información aquí.
Aquí las vistas a las parcelas, menudo buen día nos hizo. Veréis balas de heno y mesas para tomar té o café que servía allí mismo y por 1€.
Riegos automáticos por goteo, surcos, cultivos de temporada como coles, acelgas, tubérculos y algunos residuales de verano.
Dentro de mi ignorancia, había bastante nivel.
Lechugas y verduras de hoja.
Pero también algunas parcelas algo descuidadas con unas berenjenas sin recoger y con tonalidades amarillentas. No eran una variedad híbrida colorista, como pudiera parecer, en la misma mata había otras negras. Todo sea que el dueño o dueña quiera sacar semillas de ellas.
Algunas parcelas estaban muy cuidadas, sobre todo muy aprovechadas, y con un género muy vistoso.
En uno de los laterales de estas huertas, una parte del mercado, donde vendían muchos productos ecológicos y de Madrid.
No todo era comestible, cremas, geles y en definitiva un puesto cosmético.
Quesos.
Empananadas.
Dulces.
Frutas y verduras, y también un puesto invitado de cítricos de Valencia.
Ahumados.
Y en el otro de los laterales, más puestos.
Las conservas no podían faltar.
Más dulces, esta vez con abundante repostería para intolerantes.
Carnes, buen aspecto todo y mucha gente.
Embutidos, quesos y chacinas. Buenos tocinos.
Panes y bollería, también se vendían unos huevos de los que pronto os hablaremos.
A la salida, nos tomamos algo en una de las terrazas de los alrededores. Qué buen día hizo y qué a gusto se está en estos sitios sin masificaciones y con tan buen producto.
Os vamos a recomendar su visita para echar unas horas en este recinto. Los niños van a ver cosas diferentes y si hace bueno, el día será fantástico. Tengo ganas de ir en verano a ver qué género tienen, si es que abre sus puertas. El problema es que hará mucho calor, pero si vamos temprano podríamos disfrutar mucho.
Salud.
Esto no es información, es una ¡Fantástica información!
ResponderEliminarMe alegro mucho de que lo disfrutarais, desde luego fue verlo y pensé en vosotros inmediatamente y si además os gustó pues doble felicidad.
ResponderEliminar¡Qué interesante! Estuve en la Huerta de Montecarmelo hace unos años, por un evento, y me encantó el sitio. Me pilla cerca de casa, relativamente, así que a ver si estoy atenta a la próxima edición, tiene muy buena pinta :). Da gusto que se extiendan iniciativas así.
ResponderEliminarUn abrazo
Muchísimas gracias por tu post! Es genial ver como disfrutáis de nuestras instalaciones y de los días de mercado!
ResponderEliminarEn verano solemos hacer hasta Junio y luego ya retomamos en Septiembre, por que en esos meses hace demasiado calor.
Si queréis tener información actualizada de cuando son los próximos mercados, podéis escribirnos a lahuerta@fcpv.es y mandarnos vuestro correo para que os incluyamos en nuestra lista de distribución, o bien informaros a través de nuestras redes sociales (facebook, instagram y twitter, buscando La Huerta de Montecarmelo)
Muchísimas gracias!
Acabo de ver en el twitter de La Huerta de Montecarmelo que la próxima edición del Mercado es ... mañana domingo 4 de diciembre ... !!!
ResponderEliminarTenía pensado ir, pero va a estar lloviendo prácticamente todo el día. ¿Qué hago?
Nosotros no iríamos, no es día de campo
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