Leganés nunca se ha caracterizado por una culinaria local diferente, ni como sitio de peregrinación de los madrileños que quieren disfrutar de la gastronomía dentro de la Comunidad de Madrid, como puede pasar en otras localidades como Alcobendas o Alcalá de Henares. La oferta gastronómica se aleja poco del concepto tradicional de raciones y de toda suerte de franquicias. Destaca alguna terraza que es muy conocida dentro y fuera de la región (La Chopera) y asadores, muchos, entre ellos El Cebadero que recientemente ha renovado su licencia para unos cuantos años más.


Pues desde hace unos meses surge en el centro de esta localidad del sur de Madrid un concepto interesante y totalmente diferente al resto que pretende engatusar al público más cosmopolita y moderno de la zona y, por qué no, de los alrededores de la ciudad. Se trata del Gastrobar & Lounge Rita La Cantaora, en adelante RLC, sita en la conocida calle comercial Juan Muñoz. Si os somos sinceros no nos gustan nada esas denominaciones de gastrobar o lounge, nos parecen ya un poco pasadas de moda, pero parece que es una reclamo que debe de funcionar entre la gente joven y no se hable más. RLC tiene una terraza y un comedor con dos alturas, siendo un local bonito, acogedor y con una oferta de restauración inédita en la zona. Os contamos lo que nos pareció la visita que tuvimos hace unas semanas.

Pedimos en la terraza cervezas y tintos de verano, bien presentados, este segundo con una espuma de limón por encima, y también con presencia absoluta del grupo Mahou /Alhambra, incluidas las artesanas Casimiro Mahou a unos 6€. El servicio de panes es bastante mono, te lo traen en bolsas de estraza como si fueras a la panadería (no tenemos foto), pero los panecillos eran bollitos ricos pero que mejoraríamos un poco. Yo personalmente buscaría subir el nivel del bocado y bajar el de la presentación, ya que aquí se ve que cuidan bastante los detalles. Serviría un par de tipos de panes de obrador llamémoslo de nueva generación (Babette, Panic. Madre hizo Pan etc), o bien buscaría algo artesano por la zona, aunque desconocemos si lo hay. Sería un plus importante aunque igual no es tan viable como creemos.

Una vez dentro ojeamos una carta de vinos breve y con referencias más o menos conocidas, precios buenos y un vino o dos por denominación de origen, teniendo alguno más Ribera del Duero. A todo esto, muy bueno el Habla de ti blanco, nos gustó.


Empezamos con unos palitos de pollo y salsa Jack Daniel's, los palitos se hacían con pasta filo y eran agradables.


El queso de cabra con miel y mostaza antigua, rico y original,


Los tacos de cochinita pibil. La carne estaba tierna y tenía buen sabor. No es la mejor cochinita que nos hayamos comido ya que le faltaban algunos matices imprescindibles en este platillo como el achiote que parece que se sustituyó por pimentón, aunque no podemos asegurarlo.


Unas gyozas de rabo de toro con curry y soja, muy bien preparadas. No tenemos un master en estas empanadillas al vapor pero nos parecieron perfectas.


Los tan de moda gao bao, de panceta, cebolla y rúcula y otros de pato confitado, berros y chimichurri, muy buenos. Mejor el de panceta por estar cocinada a baja temperatura, una delicia, pero eso quizás sea subjetivo. Bueno, muy bien hechos y muy recomendables.



Un magret de pollo, wok de verduras y salsa teriyaki. El wok estaba correcto, buen punto de la carne y buen sabor, incluso se apreciaba el sabor de la sartén clásica. A nuestro juicio deberían de indicar que lleva pasta, por lo demás, muy bien.


Un risotto de trufa y foie. Muy buen sabor, sin duda, aunque el arroz salió de cocina un pelín pasado y atemperado, de hecho, salió bastante rápido, Si no fuera por este detalle, y tenía pinta que el arroz era el adecuado, sería un muy buen plato. Sería algo puntual o bien hay que esperar a que rueden un poco para que estos platos salgan en su punto en los momentos de más público.


Langostinos panko con mayonesa de wasabi, muy bien preparado y con el langostino muy jugoso.


Una focaccia de vieira, asadillo de pimientos y alioli, un bocado sabroso, bien pensado. Cuando lo pruebas uno se percata que a este local se le ven maneras. Es destacable que tengan alguna masa fermentada en su carta que no sea la omnipresente pizza. Podrían explotar más esto porque es fácil de comer y de compartir.


Un clásico cebiche de langostino y mero. Una leche de tigre bien ejecutada y un conjunto agradable. Quizás se le pide alguna cobertura tipo choclo crujiente, chile, aguacate o alguna verdura encurtida, y por proponer alguna mejora más, un langostino más integrado en la salsa. Desde luego ya están ofreciendo el único ceviche decente de toda la localidad, por lo menos que hayamos probado nosotros, incluso también les animaríamos a ofrecer algunos más.


Las carnes excelentes, se nota la SV. Carrillera de ternera al vino tinto patata cremosa y verduras asadas. Muy buena, tierna y jugosa, con un muy buen sabor, aunque a nuestro juicio, sobra tanto brote.


El plato más tradicional de la noche, el secreto ibérico confitado a baja temperatura, tomates secos, patata asada y salsa romescu. El punto de la carne como recordamos de restaurantes de alta cocina, perfecto. Sobran los tomates secos, con la salsa romesco es suficiente. Buen punto el de las patatas, quizás es casualidad, pero es raro de ver.


No sabemos si se aprecia la jugosidad. Muy recomendable.


En cuanto a los postres, ninguno supera los 6€ y son raciones generosas y caseras, ideales para compartir. Quisimos probar la tarta muerte por chocolate. Nos pareció un poco seca, le hace falta una salsa de chocolate o similar, porque ya que uno muere por chocolate que sea algo dramático :)


Pedimos también una Carrot Cake, rica y bien especiada y sin la pesadez de algunos frosting de queso incomibles que hemos probado por ahí.


Por último una espuma de yogur, migas de chocolate y mango estofado. Simplemente agradable.


En definitiva, bajo nuestro punto de vista, y el de algunos amigos que vinieron, la experiencia fue excelente. Vimos además rapidez en el servicio y bastante eficiencia. Salimos por algo menos de 40€ por barba y muy satisfechos. Quizás la música (jazz) demasiado alta, pero la estancia muy correcta. Parece que el dueño Juan Garrido y el chef Juan Manuel Calvo (profesor de la escuela de cocina de Leganés) van en serio con este proyecto, y queremos comprobarlo durante este próximo año. Os lo vamos a recomendar si vivís por esta zona, o si no, no obstante os mantendremos informados.

Salud.