Hoy os traemos otra receta bien sencilla que no teníamos publicada aún, nos referimos al auténtico risotto alla milanese, más conocido por aquí como arroz a la milanesa, una receta que ahora más que nunca se hace especial para nosotros :). Pero antes de nada comentaros que sin duda hablamos de una de las variantes de risotto más conocidas del mundo, ideal para los que empezáis en la cocina. Se trata de un arroz meloso muy sencillo que gira en torno al azafrán, especia que ya os advertimos que si no os gusta, no queda otra, ésta le da todo el carácter al plato, y como ya sabemos que hay muchos detractores de esta especia tan única, avisados quedáis.


El risotto alla milanese es típico de la región de la Lombardía al norte de Italia, con su sede principal en Milán, de donde toma el nombre. Recuerdo que la primera vez que probé este plato fue en un menú del día de un restaurante italiano que frecuentábamos en los 90, en los aledaños de la calle Fuencarral, no recuerdo ahora el nombre, pero el caso es que me llamó la atención el color y el sabor del mismo, aunque en la versión que lo probé echaron algo similar al bacon probablemente pancetta, y seguramente algo más, no quedó tan 'viudo' como veréis.


A colación de prepararlo e investigar un poco en libros y la red, vemos que es muy típico que acompañe a unas cervellatas a la plancha (salchichas frescas italianas) o al clásico preparado de ossobuco. El caso es que se tome solo o acompañado, para nosotros es una auténtica delicia que además podéis hacer con tan sólo tener a mano cuatro ingredientes.

Vamos con este risotto alla milanese para 2 personas, necesitaremos 200gr de arroz de grano grueso (arborio, carnaroli, bomba), queso parmesano al gusto, 1/2 copa de vino blanco seco, 1/2 cebolla, 1 diente de ajo, unas hebras de azafrán, 80gr de mantequilla, aceite de oliva virgen extra (opcional), caldo de verduras o de ave y sal.


Tan fácil como picar la cebolla en brunoise.


Y el ajo, nosotros usamos medio ajo porque era bastante grueso.


Los soasamos en una sartén o cazuela con la mitad de la mantequilla y sal.


Una vez bien rehogados, no hace falta pochar demasiado, nacaramos el arroz un par de minutos. Mientras rehoga ponemos a calentar el caldo en una cazuela aparte.


Echamos el vino y dejamos evaporar el alcohol antes de echar el primer cucharón de caldo, que estará hirviendo en la otra cazuela.


Iremos echando el caldo poco a poco, conforme el arroz lo vaya pidiendo.


Cuando el arroz vaya hidratándose, echaremos unas hebras de azafrán, no echéis mucho, es mejor ir poco a poco rectificando el color con alguna más.


El color que buscamos es éste.


Cuando esté casi a punto, rallaremos el queso parmesano...


Echar lo que gustéis, a nosotros nos gusta con mucho parmesano, quizás nos pasamos :)


A la hora de finalizar, podéis añadir un poco de mantequilla al mismo, lo que los italianos llaman 'mantecato' de esta forma le damos untuosidad y brillo a la preparación, lo que ya os advertimos que no conseguimos de igual manera con el aceite. Removeremos suavemente y decoramos con un poco de perejil o albahaca muy picada (muy poco) y unas hebras del protagonista indiscutible del plato, el azafrán, no vendrá mal.


Pues lo que os comentábamos al principio, este plato se convierte hoy en algo especial porque con él queríamos rendir un pequeño homenaje a la hinchada madridista y rojiblanca que mañana sábado en Milán van a ejercer de perfectos embajadores de una ciudad que de nuevo vuelve a protagonizar la final del mejor fútbol de clubes del mundo. Y es que además de mostrar a más de 100 millones de espectadores qué fútbol que se hace por aquí, vamos a promocionar una de las ciudades más bellas, cosmopolitas y abiertas que existen, y por ende a uno de los países más rico en culturas, patrimonio, despensa y diversión del mundo. Mucha suerte a estos dos grandes equipos madrileños y que gane el mejor, que ya la ciudad de Madrid ha ganado por goleada.

Salud y feliz fin de semana.