La receta no puede ser más fácil, mismo peso de almendras (con piel), azúcar y agua, y algo de paciencia, aunque mucho menos de lo que creéis. Vamos con ella y lo veis, ahora que se acercan las jornadas de ferias, podéis sorprender a los vuestros con unas garrapiñadas caseras que, sinceramente, están de miedo. Advertencia, no poseen los brillos y profundidad de color de algunas de pastelería, pero al igual que ocurre con las garrapiñadas de Briviesca, poseen los mejores elementos que se pueden añadir sin aditivo ninguno.
Vamos con la receta, para unos 350gr de almendras garrapiñadas necesitaremos 175gr de almendras con piel, 175gr de azúcar de caña, 175gr de agua.
Tan fácil como mezclar todos los ingredientes en una sartén y llevarla al fuego medio.
Dejar reducir el almíbar hasta convertirlo en caramelo.
Aquí a los 15 minutos.
Aquí a los 25 minutos. Cuando veáis que espesa, bajaremos el fuego a un punto bajo, aunque no debe parar de cocer. Esto es importante primero para que no quememos el caramelo y segundo para que no salpique.
Ya empieza el azúcar a espesar, veréis que las paredes de la sartén empiezan a forrarse de azúcar seco.
Ya hemos conseguido en el centro la textura de un caramelo ligero.
Quitamos la sartén del fuego y removemos. Esta la parte más delicada, ya que trabajamos con mucha temperatura. Si se sale una almendra de la sartén, se coge con unas pinzas, JAMAS CON LOS DEDOS.
Veréis que queda excedente de azúcar por el fondo, es normal.
Ahora la parte final, lo volvemos a poner al fuego (medio) y damos vueltas. Es el proceso de dar 'brillo' al garrapiñado. Cuando veamos que se desprende el azúcar de las paredes de la sartén y vemos el acero del fondo, será el momento de bajar el fuego de nuevo y seguir dando vueltas.
Así estuvimos unos 10 minutos. Luego sacamos las garrapiñadas a un papel de horno con cuidado de no amontonar las piezas.
No cometáis la locura de comerlas calientes, dejad que enfrien.
Veréis que algunas no garrapiñan bien, sin duda sería un error si no fuera porque curiosamente son las que más me gustan.
Aquí por dentro. Deliciosas.
Salud y feliz semana.
Madre mía vaya pinta que tienen, un excelente post y seguro que estaban deliciosas.
ResponderEliminarAy Carlos, son mi debilidad!!! hace tiempo solía hacerlas, pero hace muchos años que ni me he acordado de ellas, por el bien de mis lorzas, jejeje, aunque ésta semana tengo una comida con amigos, y me voy a animar a hacerlas...prometo que solo me comeré dos, o tres, o cuatro, jejejeje, porque una vez que las pruebas, ya no puedes parar, jejeje
ResponderEliminarUn besito!
Me chiflan las almendras garrapiñadas. La semana pasada compramos una bolsita en la fiesta de un municipio de la Isla, porque hacía muchísimo que no las comía. ¡Qué ricas, Carlos! Voy a pensar hacerlas... Son muy tentadoras.
ResponderEliminarBesitos
Madre mía que pinta tan rica tienen, pero tengo una pregunta las almendras son crudas?. Gracias, feliz semana igualmente para ti.
ResponderEliminarQue buenas, yo las preparó de vez en cuando. Una delicia. Saludos.
ResponderEliminarQué pintaza Carlos. Me apunto la receta para intentarla. Creí que eran más complicadas....
ResponderEliminarHola Carlos
ResponderEliminarSin duda las almendras garrapiñadas son una delicia. A mí personalmente me encantan, en alguna ocasión las hice en casa, y aunque son un poco laboriosas porque hay que remover durante mucho tiempo, la verdad es que merece la pena.
Las tuyas te han quedado perfectas, y la explicación del paso a paso junto con las fotos de diez, como siempre :-)
Un besazo