Cuando vimos esta sencilla preparación de pollo a Margarita en su estupendo blog de cocina no dudamos en hacerla en casa.  El hecho de que esta estupenda cocinera, que ha probado infinidad de sabores y texturas, comentara que es un plato con un sabor 'letal', nos convenció por completo. Y no es para menos, el plato es similar a lo que viene siendo un clásico curry, en este caso menos especiado (aunque la receta original puede que tenga más especias) pero muy sabroso, con un regusto entre dulce y ácido, y una textura cremosa y gustosa.


La receta al parecer es originaria de Madagascar, lugar confluencia de culturas y gastronomías, y se le llama Kuku wa kupaka, algo así como pollo en leche de coco. Margarita conoció este plato gracias a Concha Bernad, y creemos que efectivamente es totalmente recomendable por su sencillez y versatilidad, ya que es ideal para tomar en el momento, congelar o llevar en tupper.




Vamos pues con la preparación de este pollo marinado en leche de coco, para 3 personas, 2 pechugas de pollo y un muslo deshuesados y troceados, el zumo de 1 limón y su ralladura, 1 bote de leche de coco, 2 tomates, 2 cebolletas (usamos restos), 2 cucharaditas de jengibre molido o fresco, aceite de girasol, pimienta y sal. Opcional, un poco de salsa de chiles. Para decorar, cebolleta verde cortada, cilantro, etc.


Aquí los tomates que se escaparon de la mise en place.


Deshuesamos la carne que vayamos a utilizar y con los huesos podemos hacer opcionalmente un caldo y congelar.


Marinamos el pollo con el zumo del limón, su ralladura, el jengibre y la sal. Removemos bien.


No nos olvidemos de la pimienta...


Mientras marina, unas 2 horas, vamos picando la cebolla. Veréis que usamos restos de la nevera, cebolla roja, cebolleta y puerro.


Pelamos y troceamos los tomates.


Al cabo de un par de horas, el pollo ya estará marinado.


Soasamos la cebolla en una cazuela con un par de cucharadas de aceite y una pizca de sal, y cuando tome color, echaremos el pollo con sus jugos. Dejaremos dorar a fuego medio unos 10 minutos.


El ajo nosotros lo añadimos en crudo a la leche de coco, es un detalle que nos encanta en las salsas.


Rebañamos con la leche de coco.


Una vez que el pollo haya tomado color, no hace falta que se haga del todo, y ya no haya líquido en el fondo, será el momento de echar el tomate.



Dejamos durante 5 minutos que el tomate se sofría y se agarre al fondo.


Será el momento de echar la leche de coco.


Y un toque picante...


Dejamos a fuego lento que la salsa espese. Lo tuvimos como unos 15 minutos. El pollo no quedará seco por el marinado.


La salsa estará cuando al pasar la cuchara por el fondo, veamos éste por un momento.


Se puede guardar para comer al día siguiente en un tupper, o directamente congelar. Lo bueno de congelar, es que el pollo sigue muy tierno por la marinada y se puede desgrasar muy bien.


Salud y feliz semana.