¿Quién no ha visto la famosa escena de la laureada película El Padrino de Coppola donde Peter Clemenza, amigo de la familia Corleone, preparaba unos spaguetti con albóndigas? Begoña García-Baquero, autora del blog Cocina para Urbanitas explicaba perfectamente en su blog el por qué de este plato y de su gran repercusión mediática, la verdad es que ha trascendido muchísimo hasta tal punto de prepararse en muchos restaurantes italianos de medio mundo. Se trata de los spaguetti con polpette, unos espaguetis acompañados de albóndigas cocidas en salsa de tomate especiada, a los que es frecuente añadir salchichas frescas. Es hoy por hoy uno de los 'platos bandera' de la cocina italoamericana y realmente se trata de un plato de pasta original que todos podemos hacer en casa y que está buenísimo.


La salsa es la clásica salsa de tomate mediterránea nutrida de alcoholes y aderezos, como ajo, cebolla y hierbas, algo similar a la verdadera salsa o ragú boloñesa, a la receta del pollo alla cacciatora y a innumerables recetas europeas de albóndigas, incluso al mismo goulash húngaro. La verdad es que la salsa es sin duda lo que a muchos os va a encandilar. A menudo se suele cocer salchicha fresca junto a las albóndigas.


Os tenemos que decir que hicimos albóndigas para 4 personas, pero solo cocimos pasta para 2, así que lo que sobró lo congelamos sin problema. El tamaño de las albóndigas a vuestro gusto, hemos visto de todo pero para un plato así nos gustan muy menudas.

Unos espaguetis al estilo Clemenza para 4 personas, 450gr de espaguetis (usamos tallarines), 600gr de carne picada de ternera (o mitad ternera y mitad cerdo), 700ml de tomate triturado (usamos un bote de tomates en conserva casero), 250ml de vino tinto (lo que es un vaso), 1 huevo grande, 75ml de leche (usamos nata), 3 cucharadas de pan rallado, 6 dientes de ajo (5 para la salsa), albahaca fresca, perejil fresco, aceite de oliva virgen extra, perejil, 1/2 cucharada de azúcar y sal. Opcional, queso parmesano rallado y albahaca fresca para decorar.


Colocamos en un bol la carne y la salpimentamos. Removemos bien.


Picamos unas hojas de albahaca (de pesto) y perejil, bien limpias.

Y un diente de ajo de los 6 bien picado.


Lo echamos en el bol de la carne, junto con el huevo, la nata y el pan rallado. ¿Fácil verdad?


Removemos con una cuchara el conjunto, veréis que se suaviza la textura por la nata.


Vamos haciendo las bolas con la ayuda de un poco de aceite. Nos untamos las manos y las hacemos sin problema. Como os comentábamos nos gustan pequeñas, pero mucha gente las hace bien grandes.


Aquí terminadas.


Ponemos un fondo de aceite y las doramos, sólo dorar, nada de hacerlas del todo.


Conforme las vayamos dorando las sacamos a un plato. Cuando acabemos, rehogaremos los 5 ajos restantes picados en el aceite sobrante.


Si los tomates que vais a usar son de conserva y enteros, los batiremos. Si no, no hará falta.


Echaremos el tomate triturado en la sartén.


Lo dejaremos reducir unos minutos.


Será el momento de echar el vino y los jugos que hayan soltado las albóndigas en el plato. Dejamos reducir la salsa bien, como una media hora.


Mientras podemos ir cociendo aparte la pasta en agua con sal.


Y rallando el parmesano.


Cuando la pasta esté lista, la escurrimos y reservamos añadiendo algo de aceite para que no se nos pegue.


Una vez la salsa haya reducido, la probaremos de sal y pimienta. En cuanto a la textura, o bien la dejamos así o la 'refinamos' más batiéndola, os recomendamos esto último. Nosotros no lo hicimos y nos provocó que la salsa soltara 'aguas'.


Echamos las albóndigas y las dejaremos cocer solo 5 minutos tapadas, meneando sin parar. Tienen que cocer ese tiempo y sólo ese tiempo, es clave.



Aquí listas.


Para montar el plato colocaremos la pasta abajo (la podéis calentar en el micro unos segundos), y añadiremos la salsa con la carne a vuestro gusto. Decoraremos con el parmesano y algunas hojitas de albahaca.


Os volvemos a repetir que si sobran albóndigas éstas congelan muy bien.


Salud y feliz semana.