Estábamos convencidos de que ya teníamos publicado el post de las estupendas patatas fritas Bonilla a la Vista, de hecho así lo creímos hace tan sólo unos meses cuando vimos en nuestra base de datos unas fotos que hicimos a un par de bolsas en el año 2008 durante un viaje por Galicia. Pues mejor que no lo tuviéramos ya que hace unos meses nos hicimos con la famosa lata grande de este aperitivo que tantos elogios se lleva por parte de los consumidores. La adquirimos en la decadente feria de Europa de Hipercor y por tan sólo 9€, un precio bastante bueno teniendo en cuenta que en la web te obligan a comprar tres latas.


Tenemos que reconocer que el formato en lata es perfecto y nunca habíamos caído en ello. Al ser un envase opaco y rígido las patatas vienen perfectas. Patatas que exprimen al máximo eso de ser seleccionas una a una, ejemplares muy enteros y gustosos. Además al destapar la lata por primera vez el aroma del contenido embriaga, algo que de verdad impacta si no habéis tenido la oportunidad de haberlo probado.

Os contamos primeramente algunas cosas sobre este aperitivo. Bonilla a la Vista es una conocida marca gallega de patatas fritas y churros que se comercializa en todo Galicia y en algunas tiendas seleccionadas del resto de España. Bonilla a la Vista no surgió hace unos pocos años, es la historia de un negocio casi centenario que con el paso del tiempo se ha hecho claramente así mismo y con una gran aceptación, pero que según el heredero del fundador, ha costado sudor y lágrimas. De hecho no levantaron la empresa una vez sino dos veces, ahora mismo os lo contamos.


El primer despacho de patatas fritas y churros se abrió en un bar en 1932, concretamente en Ferrol,  por un marino retirado llamado Salvador Bonilla, padre del actual dueño, el simpático y cercano Don César Bonilla. Salvador continuó el oficio de churrero de su abuelo y junto a sus hermanos montó varios negocios que además tuvieron cierto éxito. Pero llegó la dichosa guerra y hacia 1949 no pudieron seguir adelante y el negocio quedó literalmente en la ruina teniendo que cerrar todos los establecimientos. No obstante, y al poco tiempo, decidieron volver a levantarlo resurgiendo de entre las cenizas probando suerte en A Coruña. Desde entonces, y gracias a César, la empresa ha ido creciendo debido al arduo trabajo de toda la familia. Sus churros y patatas se han convertido en uno de los aperitivos más famosos de toda Galicia y, desde hace unos años, de todo el país y una buena parte del extranjero.

Dos detalles, lo del barco en el logo de las bolsas y latas es por el pasado marinero del padre, y lo de 'Bonilla a la vista' viene de la clásica expresión militar cuando a uno le dan el alto y le dicen '¡quién va!...y uno dice 'Fulanito a la vista'. Pues bien, la marca es una clara referencia a Salvador y la consiguiente expresión  'Cabo Bonilla a la vista!' Lo demás es historia.


Como ya os hemos adelantado las patatas guardan todo el sabor y aroma de la fritura y crujen estupendamente, convirtiéndose en un snack muy sabroso y apetecible. Especifican que están fritas en aceite de oliva, de hecho a César gente del sector le auguraron hace 25 años el poco éxito que iba a tener si lo hacía. pues bien, aquí siguen. Sobre este ingrediente especifican poco al respecto, aunque leyendo por ahí parece que es aceite de oliva de la marca Abril.


En cuanto a las patatas son seleccionadas, aunque no vemos más detalle en los envases ni en la propia web, pero de nuevo por entrevistas televisivas a César, sabemos que usan un pequeño elenco de variedades muy aptas para freír como la lady craile o hermes, la mayor parte de las veces originarias de Albacete, aunque pueden venir de Francia cuando escasea la producción en España.

Son detalles que para muchos serán triviales y es cierto que en realidad son poco importantes si el aperitivo está bueno al paladar, pero siempre es útil para el consumidor que venga la máxima información posible, aunque sea lo más nimio.


Su precio en bolsas es ronda los 10€ el kilo y en lata (500gr) asciende a casi el doble ¿es caro? pues estas patatas tienen tal calidad que uno tiene que replantearse todo. A ver, una patata frita decente, que no excelente, no baja de 1,30€ la bolsa de 180gr, el kilo sale a más de 7€, y en este caso hablamos de una de las mejores patatas fritas del mercado y es cierto que adquieres una lata que se nos antoja ideal para guardar bollos, rosquillas, panettones o trastos de cualquier tipo para adultos y niños. Además de ser un detalle ideal para llevar a una celebración de amigos o familia ¿o no os lo parece?

Salud.