Teníamos ganas de hacer este plato tan típico de la cocina chino-estadounidense que se sacó de la manga un cocinero llamado Peng Jia a finales del s. XX (1973). Decidió llamarlo Pollo General Tso en honor a Zuo Zongtang, conocido en occidente como general Tso. No obstante el origen del plato es aún muy discutido, nace dentro de la cocina oriental Hunan que estuvo afincada en EEUU desde el siglo pasado, y desde entonces se extendió como la pólvora  por todo el país llegando a conocerse fuera del mismo.


El plato está buenísimo y es muy sencillo de hacer, aunque nosotros lo hemos adaptado a nuestros gustos e ingredientes. Hemos partido los trozos de pollo más gorditos para que estén más jugosos, hemos añadido menos azúcar que la receta original, además, no pudimos emplear una salsa de soja más fermentada (Saishikomi), que creemos que es la que se utiliza en la receta original, usamos la salsa clásica y cotidiana que podemos encontrar en todas las tiendas, la que llaman Koikuchi. Por lo demás comentar que cometimos un pequeño error, nos quedamos cortos de salsa, pero ahora os explicamos todos los pormenores de esta sabrosa receta.

Vamos primeramente con la marinada del pollo. Ingredientes para 4 personas, 1 pollo de 1,2 kg, 2 claras de huevo, 4 cucharadas de salsa de soja y 2 cucharadas de vino de arroz (nosotros usamos Jerez)


Deshuesamos el pollo. Con su carcasa y huesos haremos un caldo sencillo con un poco de cebolla o puerro, zanahoria una cucharada de vino blanco, perejil fresco y unos ajos.


Aquí las pechugas y muslos limpios y sin piel.


Los troceamos y escurrimos bien.


En un bol montamos las claras sin llegar al punto de nieve y mezclamos con la salsa de soja y el vino oloroso. Removemos bien con una cuchara.


Echamos el pollo y dejamos macerar unos 30 minutos dentro de la nevera.


Vamos preparando el rebozado, para ello utilizaremos la misma proporción de harina de trigo y almidón de maíz (usamos Maizena), como unas 5 cucharadas de cada una, una pizca de sal y una cucharada de impulsor tipo Royal. Para freír aceite de girasol o cacahuete.


Aquí listo y bien removido.


Sacamos el pollo de la nevera y lo vamos emborrizando y friendo en una sartén con abundante aceite hasta que doren. Fuego fuertecito.



Acordaros que las partes del muslo tardan un pelín más en hacerse que la pechuga. Iremos depositando los trozos en papel de cocina.


Aquí listo, puede que el cazón en adobo con este rebozado no quede nada mal :)


Con el pollo ya frito vamos a preparar el plato. Os vamos a decir las medidas correctas ya que nos quedamos cortos de salsa. Ingredientes para la salsa 2 chiles rojos o pimientas cayenas frescas, 3 dientes de ajo grandes, 6 tallos verdes de cebolletas, 2 cucharadas de azúcar moreno, 450ml de caldo de pollo (el que estábamos haciendo con los huesos de pollo), 1 cucharada de jengibre fresco rallado (por un problema de logística usamos en polvo, nada que ver), 1 cucharada de Maizena, 6 cucharadas de salsa de soja, 1 cucharada de vino de Jerez, 2 cucharadas de aceite de sésamo, 2 cucharadas de aceite de girasol. Opcional un poco de vinagre de arroz, nosotros no se lo echamos.


Rallamos el ajo o lo trituramos. Cortamos las cebolletas y los chiles. Recordar que tenéis que poner el doble de lo que veis.


Los salteamos en un wok con el aceite de girasol y de sésamo hasta que empiecen a dorar.


Echaremos la Maizena, el azúcar y en nuestro caso el jengibre en polvo.


Cuando haya rehogado mínimamente echaremos un vaso de caldo, la soja y el vinagre (si queréis).


Luego el resto de caldo y esperamos a que hierva. Si queréis un caldo más oscuro, echar más salsa de soja.


Echaremos ahora el pollo y a remover.



Este es el aspecto final. Si queréis comer al momento no hace falta doblar las cantidades como os comentábamos al empezar el paso a paso.


Brillante y delicioso. Si lo hubiéramos tomado así no haría falta más salsa pero como lo dejamos durante toda la mañana hasta la comida, el rebozado absorbió bastante.


Las guarniciones, el siempre aromático arroz jasmine y brécol.


Escaldamos la verdura en tallitos o ramilletes durante 5 minutos y reservamos en agua fría.


Cuando enfríen escurrimos.


Y salteamos en una sartén con un poco de aceite de girasol.


La medida de arroz lo coceremos con 2 medidas de agua. Nosotros en vez de agua utilizamos el caldo sobrante.


Listo, servimos muy caliente. Una nota, si sobrara ya os adelantamos que acepta bien el microondas. Cuando lo calenté en el trabajo estaba bastante jugoso y la carne bien adherida al rebozado. Otra buena alternativa para llevar al trabajo.


Salud y feliz semana.