Como plato que se come los viernes, día festivo musulmán, hoy os traemos un rico maqluba en este caso cocinado con pollo. Maqluba viene a significar 'volcar' y es un modesto plato de arroz con carne y verduras muy tradicional de la cocina árabe que podéis encontrar en las mesas de casi todo oriente medio, y más en concreto Palestina. Es un plato festivo que admite decenas de variaciones, nosotros hicimos al pie de la letra la versión de Ana, del excelente blog Alis Whim, desde que la vimos estábamos deseando hacerla por dos razones, primero por el pintón que tenía y segundo por lo sencilla que era su preparación.


El plato no tiene mayor dificultad, el vuelco es muy sencillo, no os asustéis porque ahora veréis como hacerlo sin que el arroz se os pegue a los laterales de la cazuela. Quizás la única dificultad esté en la cocción, no nos tenemos que pasar de cantidad de agua ni dejar evaporar mucho el líquido y conseguir que el arroz salga en su punto.

Por lo demás, podéis añadir o quitar ingredientes, podéis darle un poco de color con un colorante alimentario o cúrcuma, darle un toque picante aunque nosotros no lo hicimos porque le añadimos ya en la mesa un toque de nuestra salsa Lizano casera, y bueno, añadirle si queréis cordero en vez de pollo, como en muchas casas se hace, u otras especias o verduras tales como nabos, coles, o alguna legumbre tipo garbanzo.


Por último decir que lo único que variamos de la receta de Ana es que usamos magro de pollo en vez de contramuslos.

Vamos con este rico maqluba de pollo, para 2-3 personas, 1 vaso de arroz basmati/ jazmín/ thai (200gr), 1 pechuga de pollo o 2 contamuslos (usamos solomillos de pollo), media berenjena, 150gr de coliflor fresca, media cebolla, 2 dientes de ajo pequeños (no uséis uno gordo como el que veis en la foto, queda menos estético), 1/2 palo de canela, 1 hoja de laurel, 1 estrella de anís (badiana), 1/2l de agua o 1/4 litro de agua +1/4 litro de caldo de pollo (usamos el riquísimo caldo de pollo la tienda goumet online Paladar Selecto), almendras crudas, aceite de oliva virgen extra, pimienta negra y sal. Granada para decorar.


Antes de nada vamos a poner el pollo en una salmuera de agua con algo de sal a reposar una hora, esto además de darle al pollo su punto de sal le brinda cierta ternura extra, aunque la carne sea descongelada. Es una técnica oriental que resulta ideal para estos platos.

Ahora algo muy importante, lavar el arroz. ¿Por qué lavamos el arroz? porque necesitamos que cuando cueza no libere almidón y se apelmace, daros cuenta que es una preparación un tanto atípica, ahora veréis. Si no lo hacemos el plato corre el peligro de quedarse hecho una plasta, no digamos si os atrevéis a usar arroz normal, si lo hacéis no garantizamos nada. Los lavados consisten en repetidos baños de agua, y cuando remojemos removemos bastante y tiramos el agua. Mucha gente guarda ese agua en un barreño para regar, es una buena idea porque se gasta bastante y el agua adquiere nutrientes que a las plantas les puede resultar beneficiosos.

Veréis que antes de empezar no se ve el fondo nada...


Después de seis lavados pasa a verse muy bien...


Vamos pues con el meollo de la preparación. Lavamos y cortamos la berenjena en trozos menudos y la ponemos a escurrir en un colador con algo de sal. Realmente en estas berenjenas listada de Gandía este paso no era necesario, no amargaban nada.


Lavamos la coliflor y la dejamos en sus ramilletes.


Ponemos una sartén con un poco de aceite a calentar, cuando abrase, doramos los trozos de pollo secados estos con papel vuelta y vuelta.


Sacamos los trozos de pollo, no lo hagáis si son contramuslos, y echaremos la cebolla, el laurel, los dientes de ajo enteros, la mitad de la canela y la estrella de anís. Salar ligeramente.


A los cinco minutos echaremos la coliflor para que dore ligeramente y removemos.


Ahora echamos agua hasta cubrir, da igual la cantidad, algo de sal y dejamos cocer. Aquí de lo que se trata es de cocer la coliflor un poquitín y que el agua coja el sabor de la verdura y de las especias.


Cuando hayan pasado 10 minutos desde que empiece a cocer y quede aproximadamente la mitad del agua de la cocción, reservamos todo en un recipiente sin las especias (desprenderos de ellas) dejando libre la sartén.

En la misma sartén saltearemos sin aceite la berenjena escurrida hasta que tome algo de color.


Aquí podéis ver lo que ha soltado la berenjena, probamos el líquido y efectivamente no estaba amargo.


Una vez lista, la reservamos también, y acabamos dorando en un poquito de aceite las almendras.


Aquí todo listo para el montaje.


Sin poner aún al fuego la cazuela final, ponemos un poco de aceite en el fondo de una cazuela y untamos el mismo por las paredes. La cazuela debe ser pequeña (importante), pero debe caber todo, que no sobre demasiado (ni falte), esto es importante para que el volcado sea mejor.


Primero colocamos el pollo bien distribuido, aunque todo este montaje que vais a ver ahora es opcional.


Luego la coliflor medio cocida bien escurrida y con la cebolla


Luego la berenjena.


Luego el arroz. Sería mejor poner el arroz debajo, pero queda menos estético al vuelco, otra cosa es que queráis mezclar todo, todo esto como veáis.


Por último añadiremos el caldo, echar hasta cubrir, lo que es un medio litro aproximadamente. Daremos unos golpes en la encimera con la cazuela para distribuir bien el líquido. El caldo iba mezclado con el agua perfumada de las especias y la coliflor.


Cocemos a fuego muy bajo y tapado hasta que el agua desaparezca, unos 25 minutos. A mitad de cocción podéis destapar e ir apretando el arroz con una cuchara para cubrir posibles huecos y ver el transcurso de la absorción.


Mientras desgranaremos una granada ¿sabéis cómo, no? (mirar aquí).


Una vez haya desaparecido el caldo en su superficie, no importa que por arriba los granos queden un pelín más duros, apagamos el fuego, colocamos un plato llano sobre la cazuela y con la otra giramos rapidamente la misma, con un giro decidido y agarrando la cazuela por debajo con un trapo grueso para no quemaros.


Dejamos la cazuela volcada en el plato y sobre la mesa sin moverla un par de minutos. El arroz irá poco a poco cayendo. Destapamos con cuidado. Aquí una imagen recién destapado, veréis que sale casi perfecta.


Colocamos bien todo con una cucharita, y decoramos como hizo Ana, con las almendras, hojas de rúcula y la propia granada.


Exquisita, para repetir.

Salud y feliz fin de semana.