Buscando recetas diferentes con lechuga, nos topamos con una receta bastante simple pero con una presentación e historia un tanto curiosa, nos referimos a la ensalada Cobb (Cobb Salad). La ensalada Cobb es al parecer una clásica ensalada americana que desde hace unas cuantas décadas es muy popular al otro lado del charco. Cuenta la versión más popular que data de 1937, y la inventó el propietario del extinto y curiosísimo restaurante en forma de bombin The Brown Derby (Los Angeles, California). Su nombre un tal Robert H. Cobb, hermano de un famoso deportista de beisbol local, el cuál un día se la preparó como aperitivo a un agente comercial muy conocido en el estado. Robert no se complicó, cogió ingredientes que tenía de aquí y de allá, los picó finamente y acabó sirviéndolos con una salsa que supuestamente fue improvisada. Desde entonces, empezó a prepararlo diariamente y la receta se hizo popular por todo Hollywood. con la consiguiente lanzadera que suponía que por allí fueran a comer los mismísimos actores y directores de cine de por aquel entonces. No obstante, con los años surgió una segunda versión, la viuda de Robert contó a un medio de comunicación que en verdad Cobb la instauró en el local porque le pidió a su cocinero que le preparase algo que pudiera comer después de una dura sesión en el dentista, y claro, el cocinero le hizo una ensalada con los ingredientes que sabía que le gustaban muy picados. A Cobb le gustó el plato y lo añadió al menú. ¿Cuál será la cierta?


Tanta historia para un plato que en verdad no tiene mucho misterio aunque de nuevo se cumple la premisa que como es un plato con sello USA, el plato se hace muy popular. Es algo que siempre hemos admirado, los norteamericanos son únicos en hacer leyenda de sus platos, de sus autores, de sus locales, e incluso de recetas que las crearon inmigrantes de habla no inglesa que llegaron posteriormente al país. Lo curioso es que en verdad no se han esforzado tanto en comunicar su gastronomía local como un todo, gastronomía que tienen y que cada vez empieza a ser más conocida. Quizás no sea tan rentable, quizás en la simpleza esté el éxito, pero lo que creemos que en verdad ocurre, es que no hay una gran cultura culinaria. Es increíble que el país que su gastronomía sea quizás de las menos conocidas de occidente, posea el mayor número de restaurantes americanos distribuidos por todo el mundo. Entiéndase como americanos, a de capital americano.


De todas formas pese a que la ensalada no os va a descubrir mucho, la ensalada está bastante bien y la salsa nos ha gustado. Vamos con la preparación, para 2-3 personas, 1 aguacate grande, 1 tomate grande, 1 cebolleta, 1 pechuga de pollo (mejor hacerla asada), 4 lonchas de panceta ahumada o bacon, 2 huevos y hojas de lechugas variadas (romana, iceberg, canónigos y achicoria). Nosotros usamos las lechugas cultivadas por mi hermano en el terreno del pueblo de nuestro padre, recordar, la lechuga 'cucaracha' y una forellenschluss, ambas excelentes. Para la salsa, 30gr de queso roquefort, 4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas de agua, un poco de mostaza de Dijon, 1 cucharada de vinagre vino tinto o Jerez viejo, un golpe de pimienta, unas gotas de salsa worcerstershire y 1/4 diente de ajo. En la receta original comentan que hay que añadir algo de azúcar, nosotros no lo hicimos. Como cocimos la pea, usamos opcionalmente algunas hierbas para cocer la pechuga de pollo.


Lo primero una sencilla técnica conocida por muchos, cocinar el bacon en el microondas y así desgrasarlo. Lo estiramos en un plato con 2 papeles de cocina debajo, y lo cubrimos con otros dos. Al micro a toda potencia 1 minuto y unos segundos.


Lo reservamos.


Vamos con la pechuga de pollo, si no la tenéis asada que queda nuestro juicio mucho mejor, y os da pereza asarla en bolsa o similar, vamos a cocerla en agua con sal y las especias que más os gusten. Nosotros usamos romero, tomillo, pimienta, medio ajo y sal. La tuvimos unos 15 minutos aunque los trozos más delgados, los que muchos llaman solomillos, los sacamos a los 3-4 minutos.


Una vez cocida la pechuga eliminamos el agua y esperamos a que enfríe sin la misma. ¿Se nota que era descongelada verdad?, luego dicen que no se nota aunque ya tenemos unos trucos para mejorarla ¡en breve os los chivaremos!.

Vamos con los huevos, los pondremos a cocer en agua con sal (aquí os explicamos cómo cocer un huevo duro).


Mientras enfrían también, ponemos las hojas de nuestras lechugas a remojo. La verdad es que para este plato son ideales las variadas de bolsa, aunque lógicamente no tengan el mismo sabor.


Ahora vamos con el tomate, ¿original éste que os enseñamos verdad? empleamos para el plato los que el negocio español llama corazón de buey, bueno, podrían entrar en esta familia por la forma que tienen pero tenemos muchas sospechas de que realmente no lo son. Es una variedad híbrida, lógicamente de invernadero, llamada Aurea, pero no es un rico y jugoso Ox heart (variedad corazón de buey) que además de ser una variedad heirloom (sin alteración genética humana) no es tan asurcada, llena y rojiza. En fin, veremos a ver si con el tiempo la denominan correctamente.


Sobra deciros que el tomate mediocrísimo, en estas semanas es mejor comprar la variedad Daniela, de mejor sabor y textura. Este poseía una textura patatera y poco jugoso, un poco desastroso para crudo, veremos a ver si mejora.


El aguacate, lo pelaremos y lo rociaremos de limón.


Aquí todo troceado.


Antes de disponerlo sobre el plato, hacemos la salsa, montamos todos los ingredientes que indicamos lineas arriba y emulsionamos. Os recomendamos aplastar con una cucharita el roquefort e ir mezclando con el resto de ingredientes. No os olvidéis de rebajarlo con un pelín de agua y también de triturar ese medio ajo.


Vamos a montar la ensalada, primero las hojas de lechuga bien escurridas a modo de cama.


Primero el huevo.


Luego el tomate.


Luego la cebolla.


Luego el bacon.


Y por último el pollo...


...y el aguacate.

La presentación nos gusta. Nos pasó lo mismo con la ensalada nizarda Niçoise.


Se sirve con la salsera al lado, y a disfrutar. Nos encantó la mezcla del bacon, el aguacate y el roquefort en la ensalada. La salsa nos recordó a la salsa que empleamos en aquella ensalada de alubias con queso azul y vinagreta de miel.


Salud y feliz semana.