Ya eres parte del mar que amaste
Juan Tapia (1925-2010) fue la persona que me enseñó el mar por dentro. Suena un poco poético pero así fue. Él fue la primera persona que me animó a descubrir el modesto fondo marino de Almuñecar que en aquellos años era un vergel de seres vivos, muy diferente a lo que es ahora, accesibles fácilmente debajo de rocas, neumáticos hundidos, muertos de boyas etc. Fue además la primera persona que me enseñó a capturar la primera jibia, el primer pulpo o el primer sargo, porque además de buceador también era pescador aficionado. Además recuerdo las historias que siempre me contaba de sus innumerables incursiones marinas por los fondos de las calas cercanas a nuestra casa y de Nerja, ya que era una afición que le apasionaba y que no podía disimular. Sus historias se contaban por cientos, y sé que aunque nunca escuché ni la décima parte, era un hombre con mucho bagaje ya que entre sus hobbies, viajes y países visitados era un saco de grandes anécdotas que contaba en las reuniones entre padres y familia.
Todavía tengo en mi retina cuando estábamos todas las familias en la playa y Juan llegaba con su equipación de buceo preparado para otro día de buceo. Era un hombre constante e incansable, siempre iba a explotar su hobbie temprano cargado de artilugios y sin más llegaba y se metía a bucear. Desconozco ahora mismo si los demás estaban ansiosos por ver que traía de nuevo, pero recuerdo que yo sí, y mientras me bañaba en la playa con su hija Sandra, amigos y familia, casi siempre miraba de reojo a ver si salía y ver qué traía. O sencillamente trataba de adivinar por dónde estaba en ese momento ya que si divisabas un tubo al fondo, casi siempre era Juan. Recuerdo además lo que contaba al salir, ese pequeño resumen de su incursión. Pequeñas cosas como que se le había escapado un pulpo muy grande, que le parecía extraño que no hubiera visto nada, que en las rocas, que ahora mismo no recuerdo cuáles, ya habitaba una morena, que había visto una medusa enorme etc.
Tanta era mi admiración por el buceo por aquella época que en algunas ocasiones fui a acompañarle sólo o con su hija, siempre de forma esporádica, y sólo a observar como capturaba lo que iba a ser probablemente parte del almuerzo de ese día. Era una suerte ir con alguien que sabía y verle zambullirse en el agua con sus grandes aletas. Recuerdo que con mis gafas y tubo le seguía muy de cerca para ver como de repente cogía aire y se adentraba en el fondo como un proyectil, movía una piedra de gran peso y de allí salía un pulpo raudo y veloz al que disparaba, atrapaba y entre la estela de tinta que dejaba alrededor, aparecía Juan con su presa. Recuerdo cuando al salir le preguntaba cómo sabía que allí había un pulpo. Él me decía en su simpático español anglosajón 'Me conozco cada escondite de estas calas y como estos días ha habido mar muy revuelto, nadie bucea. Hoy es el primer día que el agua está en calma y en estos escondites han descansado sepias o jibias y pulpos'. Caray, yo alucinaba. No digamos el día que cogía grandes sargos plateados y los veías moverse en un cubo, o lo más impactante, un día que le acompañé a bucear y vi bajo el agua cómo luchaba entre las rocas por coger un congrio enorme, un pez que ni siquiera sabía que existía por aquellas aguas y que recuerdo que me dio un miedo horrible. Ese día se le escapó, pero supe que había cogido unas cuantas.
Además de todo esto Juan contaba a quién estuviera cerca historias de su país y sus costumbres impactantes, tanto que algunas se me han quedado grabadas toda la vida. Por ejemplo que allí en Filipinas la gente tenía en sus casas lagartos que eran venerados y cuidados por comerse los bichos y mosquitos que estuvieran merodeando por las mismas. También que las generaciones anteriores a él criaban perros para alimentarse, con una alimentación especial y de una raza concreta que una especie de pastores cuidaban como rebaños. Había un plato muy suculento y especial que preparaban con su carne, es algo excéntrico pero curiosísimo, pero nos lo vamos a reservar.
Pero es que además de todo esto Juan fue una persona que desde hace muchos años animó a su mujer Marisa a preparar aquellos sencillos platos de cocina china que hace poco os publicamos en el blog ¿os acordáis?. Platos que ya os dije que fueron mis primeras incursiones serias en este tipo de cocina y por supuesto en la cocina que compartía con amigos y familia. Eran platos que siempre llevaba conmigo todos los veranos escritos en un modesto librillo de recetas para así no perderme detalle y repetirlas entre mis amigos las veces que me lo pidieran.
Pues ayer mismo nos dieron la noticia, y pese a que hace mucho tiempo que no nos vemos, entre otras cosas porque el hombre no ha estado bien de salud, tanto mi familia, como Lola y yo nos quedamos impactados. En estos momentos es inevitable que los recuerdos florezcan y te des cuenta pese a tenerlos olvidados han estado siempre muy presentes. No digamos cuando nos hemos enterado que su deseo póstumo ha sido echar sus cenizas en el mar y ¿adivináis en que playa las esparcieron?, pues en la playa Calabajío, allí dónde ocurrieron todas estas fantásticas historias, en la cala en dónde pasábamos tanto tiempo tantas familias, en la que yo personalmente hice grandes amigos de la niñez que aún conservo y en la que lógicamente me inspiré para el nombre del blog. Quizás seamos pocos los que hayamos conocido el encanto de estas aguas, estas rocas y este espacio salvaje que ya no es lo que fue, pero os daréis cuenta que quién vivió aquellos maravillosos años, lo lleva dentro toda la vida.
Juan descansa en paz.
48 comentarios:
**** A T E N C I O N S I D E J A S U N C O M E N T A R I O ****
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Perdonad las molestias.
Carlos, un recuerdo precioso para el padre de tu amiga, sin duda merecido y que me emociona que hayas compartido con todos nosotros, igual que compartiste las experiencias de su vida.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte para todos.
Begoña
La segunda foto espectacular. El otro día pasé por allí...
Gracias por tus palabras, Begoña
ResponderEliminar¿por dónde pasaste?¿por el Calabajío?¿y cómo tú por allí? cuéntanos...
Carlos no pensaba ver una entrada tuya durante tus vacaciones y es una entrada que no me hubiera gustado leer.
ResponderEliminarNo se trata de una esquela, es el homenaje que le haces al amigo que se ha ido y a través de tus palabras nos hemos enterado de cosas entrañables ocurridas en tu vida, de tus vivencias al lado del amigo y de escenas que ya no se volverán a repetir.
Bonito homenaje, has hecho muy bien en escribirlo.
Un abrazo
Después de leerte solo puedo decir "que descanse en paz una persona excepcional"
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Carlos, ante todo lamento la pérdida de alguien tan querido para ti, pero por lo que veo, ha sido una vida larga y plena, seguro que Juan fué feliz e hizo feliz a muchas personas y tu tuviste la suerte de ser una de ellas, me has recordado a mi padre, también un hombre de mar que dejó una huella imborrable en tanta gente, por cierto, también se llamaba Juan.
ResponderEliminarY tus palabras me han parecido maravillosas, tan evocadoras y sinceras, tan llenas de cariño y de nostalgia.
Un besazo.
Que importante que es poder decir lo que uno siente , y más aún compartirlo con los demás. Estas historias que contás parecen e otro tiempo, recuerdos hermosos que nunca desaparecen.
ResponderEliminarFue muy grato leer tus palabras.
Es el mejor homenaje que le pudiste hacer a tu "maestro del mar"
Cariños
Lo siento muchisimo. Cuando alguien que quieres se va, sigue viviendo en el corazón de los que lo recuerdan. Estoy segura que tu amigo vivirá siempre en tu corazón. Un abrazo
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
ResponderEliminarSiento mucho la pérdida!
ResponderEliminarAunque haya tiempo que no le veías, seguro que estaba presente muchas veces en tu vida y tus pensmaientos.
Espero que su familia lo lleve lo mejor posible y me parece fantástico este homenaje tan bonito.
Muchos besos, Pam.
Carlos: Además de un buen cocinero, intuyo por tus palabras y por muchas de tus entradas pero sobre todo por esta última que eres una excelente persona.
ResponderEliminarGracias por dejarnos formar parte de tu vida.
Un abrazo y disfrutad mucho de esas playas salvajes tan preciosas.
Descanse en paz tu amigo.
Besos. Chus
Un precioso recordatorio. A mí también me fascina el mar, pues fíjate que nací a la orilla de la Playa de Las Canteras, en Las Palmas de Gran Canaria. Entiendo perfectamente la fascinación por el mar que sentimos algunas personas y me ha parecido una bellísima historia ésta de tu amigo Juan Tapia.
ResponderEliminarDescanse en paz.
Un besote
Vaya Carlos, al leer el título mal presagio me dio...
ResponderEliminarLamento mucho que os sintais así, de esta manera. Él desde donde esté no cabe en sí de gozo al leer la entrada tan divina que le has dedicado. Guarda bien, la entrada digo, entre tus cosas más valiosas todo lo que hoy aquí escribes, vale su peso en oro cada frase que has escrito. Un beso muy fuerte y adelante!
Carlos, ante todo permíteme que te acompañe en el sentimiento. De verdad lamento reencontrarte en estas circunstancias.
ResponderEliminarAl leer tus palabras me has traído a la mente una vivencia similar, salvo por el hecho que yo no tuve la suerte de poder honrarle como has hecho tu, y después de muchos años, cuando un día me acerqué a recordar esos tiempos, descubrí con tristeza que en el lugar donde me había enseñado tantas cosas solo había una placa que le recordaba como hijo predilecto de un pueblo que no había sido el suyo. Y en ese momento entendí, entre lágrimas, que si había estado vivo ese recuerdo, y lo sigue estando, era porque vivía en mi corazón, como vive en el tuyo tu amigo Juan.
Los tiempos pasan y las personas nos dejan, pero el recuerdo y el cariño que tienes por esta persona seguirá vivo en quienes le conocieron y le quisieron.
un abrazo muy fuerte, para ti y para Lola.
Una pérdida siempre deja un hueco enorme, lamento mucho lo que leo.
ResponderEliminarDéjame enviarte un abrazo desde la distancia..
Gaby
Hola Carlos siento mucho tu perdida, y espero que ese maravilloso hombre, este leyendo desde el cielo este maravilloso relato que has contado de el, seguro que el estará orgulloso de ti, un saludo y un abrazo fuerte.
ResponderEliminarPerder a un amigo es siempre duro. Te mando todo mi cariño.
ResponderEliminarbiquiños
Un abrazo y lo siento por la pérdida, pero lo más importante es lo que habéis vivido y compartido.
ResponderEliminarLo siento mucho, Carlos.
Con esas experiencias siempre vivirá en tu corazón y en esa playa.
ResponderEliminarUn abrazo. Ana
Lo siento de veras. Un beso.
ResponderEliminarSiempre es triste la pérdida de un ser querido.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Con ese recuerdo tan bonito, siempre lo sentirás cercano, precioso homenaje!
ResponderEliminarUn beso sentido a la família y amigos.
ResponderEliminarQue pena cuando la gente que nos ha dejado huella , profunda o no, en nuestra vida, nos dejan, se van... pero no lo hacen definitivamente mientras los recordemos, estan ahí junto a nosotros.
ResponderEliminarBesos y ánimos
Gracias a todos por vuestros comentarios. Sinceramente, nos habéis desbordado con vuestras condolencias y por vuestro apoyo. Apoyo que aprovechamos para reenviar a su familia que son los verdaderos afectados por su gran pérdida.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte y hasta pronto.
Hola Carlos, me he enterado de la existencia de este blog por tu hermana, que nos ha reenviado este maravilloso artículo. Primero darte la enhorabuena por el blog, es fantástico, segundo darte las gracias por el artículo, lo leimos en familia y te puedo asegurar que nos emocionamos todos muchísimo. Me alegra que mi padre dejara esa huella en alguien que apreciamos tanto. Un beso para ti y para Lola.
ResponderEliminarLo siento mucho, Carlos.
ResponderEliminarCarlos, Lola, un abrazo muy fuerte en estos momentos, habeís hecho un post maravilloso,que me ha llegado al alma.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo para todos.
Mi padre con su caracter natural hacia aflorar siempre una sonrisa independientemente de que el tema cosultado fuera alegre, neutro o triste. Esta cualidad ennoblece a las personas. Gracias papa por las miles de sonrisas que nos has dejado como recuerdo.
ResponderEliminarSiento esta perdida ya que forma parte de tu vida.
ResponderEliminarUn abrazo a los dos Carlos y Lola.
Margot
Siento mucho su pérdida. Y tengo que decir que tenéis mi total admiración.
ResponderEliminarTú, por ver lo maravilloso de cada persona y lo evocador de cada recuerdo.
Y el padre de tu amiga, que con tus palabras y su vivir la vida, me han hecho abrir los ojos y darme cuenta de que hay que luchar y vivir por nuestras aficiones con paz y armonía, puesto que la vida es muy corta y hay que saber vivirla.
Gracias por tus palabras.
Carlos, Lola,os mando un abrazo muy fuerte.
ResponderEliminarMaría José.
Carlos,
ResponderEliminarMuy emotiva tu entrada!!!!
Un fuerte abrazo para la familia y amigos de Juan...
IDania
Siento muchísimo vuestra pérdida, habéis perdido a una persona verdaderamente entrañable y especial, me imagino que el golpe ha tenido que ser atroz. Por lo que cuentas te ha dejado un legado maravilloso y un recuerdo imborrable que seguro te acompañará para siempre. Un abrazo muy grande para los dos.
ResponderEliminarQuerido Carlitos, porque para mi siempre serás Carlitos, además dejé de verte cuando aún por tu edad y estatura se te podía llamar así. Soy Ana Pando y acabo de leer este maravilloso homenaje que le has escrito a Juan. Y créeme que aún tengo el vello de punta y la la lágrima que no quiere caer del todo. Su foto, tus palabras...
ResponderEliminarCuantos recuerdos me han venido a la cabeza, cuanto cariño hacia Juan. Cuando me llamó mi hermana Pili para decírmelo...uf, fue como un golpe. El mismo que sentí con la pérdida de tu padre y de Antonio. Recuerdo tanto a los tres... formaron parte de mi infancia, con sus abrazos, sus besos, sus bienvenidas cuando cada verano llegábamos a Almuñecar. Aún recuerdo con total exactitud sus voves y su altura... Que alto era Juan, tan alto como buenazo. Y como tú dices, tengo también grabada la imagen de adentrarse en la playa del Calabajío con sus aletas, sus gafas de buceo... Y tantas charlas tuve con él mientras esperaba en su salón de Taramay a que Betty estuviera lista para salir...En fin... Eso fue hace ya mucho, pero la niñez tiene algo que se graba, como a fuego y que vuelve muchas veces. Y esta ha sido una de ellas.
Qué bonito que ahora estén descansando sus cenizas en el Calabajío, "su" playa. Te mando un beso muy muy grande y ahora visitaré tu Blog, del que he tenido noticia porque Paloma me ha dicho que has escrito sobre Juan. Aún no lo he mirado, pero lo haré.
Carlos que homenaje tan bonito a un amigo, un ser que llevaras grabado en el alma por siempre, ya no esta fisicamente pero siempre estara en tu corazon, lo siento mucho
ResponderEliminarun abrazo
AMalia
Sandra y familia: ¡Hola Sandra!, cuanto nos alegra que nos escribas aunque el motivo haya sido éste. Esto es muy duro, y queríamos dedicarle unas palabras a tu padre, porque además de los buenos momentos compartidos, tanto él como tu madre han sido claves en mi afición culinaria.
ResponderEliminarOs acompañamos a todos en el sentimiento, y espero veros por allí estos días. Muchas gracias por escribir y mucho ánimo para todos.
Ana Pando: si nos lo paramos a pensar en un momento, uno se da cuenta que allí hemos sido todos una gran familia, y hemos disfrutado mucho con muchas pero muchas anécdotas. Veranos largos y llenos de recuerdos. Juan es por supuesto parte de ello, y en estos momentos tan tristes, esos recuerdos florecen a flor de piel.
De verdad que es un honor que hayas querido dejar tu granito de arena en nuestro modesto homenaje a Juan. Dale un beso a Paloma, Pili, Yogui y por supuesto a tus padres.
Gracias a todos por vuestros comentarios.
Hola Carlos:
ResponderEliminarA veces aunque tengamos un blog de cocina o de postre y dulces como el mío hay acontecimientos que necesitamos plasmar en una entrada. Mi madre murió el pasado día 24 de junio y ya también descansa donde ella quería. Yo vívia con ellos, ahora ya solo con mi padre y el dolor que siento no se puede describir con palabras. No hay palabras. Era como tu amigo una mujer maravillosa y doy gracias a Dios por haber estado con ella y por haberla tenido, tenerla, como madre. Un beso muy fuerte en estos duros momentos para los dos.
Hace tiempo que mi mujer y yo os seguimos en la cocina, y ahora nos encontramos con esto. Sólo cabe daros nuestro apoyo.
ResponderEliminarHemos entendido por lo escrito que no era amigo directo vuestro si no un amigo de vuestros padres, que a su vez sois amigos de la familia. Os entendemos perfectamente porque a nosotros el año pasado nos pasó lo mismo con un vecino de toda la vida al que siempre hemos admirado y que de repente nos dejó. Sea como fuere son momentos difíciles.
Besos a la familia, y precioso lo que habéis hecho.
Nar&Puri
Carlos, haber podido coincidir en la vida con personas cómo la que describes, que te ha iniciado en conocimientos y que os ha dejado una huella tan positiva, es un privilegio. Muchos ánimos.
ResponderEliminarCarlos, sentimos mucho la pérdida de tu amigo.... muy bonito tu relato.. y os acompañamos en el sentimiento
ResponderEliminarMariajo y Eladio
Te comprendo pues esas amistades no se olvidan nunca y esos recuerdos no se borran tan facilmente.
ResponderEliminarUn abrazo
Querido Carlos,
ResponderEliminarGracias por la cariñosa dedicatoria de mi padre. Nos has hecho llorar una vez más de emoción y alegría a la vez. Papa fue una persona maravillosa persona,con una gran personalidad y a la que nunca he oido hablar mal de nadie.Disfrutaba de las pequeñas cosas y cada momento, especialmente con su lectura pesca y peliculas de vaqueros.Ya echamos sus cenizas al mar en un precioso lugar el cual visito regularmente ydonde siento que siempre estara con nosotros.
Un beso enorme y gracias a todos.
Cuando hable con mama te pasaré la receta del Panchit filipino ummmm delicioso
Gracias Carlos por esta prueba de generosidad hacia nuestro padre, al que todos sus hijos hemos adorado y admirado- Me ha gustado hasta el título, ya que realmente ya es parte del mar en todos los sentidos. Comentarios como éste y otros que escucho ultimamente, me hacen sentirme muy orgullosa de haber tenido la suerte de tener un padre como él. No solo como buen padre sino como buena persona que deja esta huella.....no se, creo que no se puede tener un final mas bonito. Seguro que él desde donde quiera que esté te da las gracias igual que ahora te las damos nosotros. Nos vemos por el calabajío, desde donde te escribo ahora mismo.....
ResponderEliminarBetty Tapia
Lola y Carlos, veo con agrado como llegan al corazón las palabras escritas con tanta ternura y cariño, imagino como se tiene que sentir la familia al recibir tantas muestras de afecto por parte de vuestros visitantes y amigos.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte
Carmen
Jenny y Betty: no tenéis que agradecernos nada. Mucho ánimo para todos.
ResponderEliminarUn saludo.
Qué emotivo. Un recuerdo imborrable. Lo mejor de esta situación es todo lo que dejó en vida, esos recuerdos son los que valen y los que quedan en la retina.
ResponderEliminarBesos.
Seguro que se sentirá orgulloso de la dedicación tan cariñosa
ResponderEliminarLo siento
Besitos
Os sigo desde la distancia y la admiración.
ResponderEliminarMe han conmovido tus palabras sobre Juan, el amigo que habéis perdido.
Y he recordado aquella frase que dice Anthony Hopkins en la pelíccula "Tierras de penumbra: El dolor de ahora es parte de la felicidad de entonces.
Has disfrutado mucho con él, eres afortunado y nosotros por tu generosidad al compartir, no sólo recetas, sino un modo de mirar la vida, algo que ya estaba en vuestras entradas de cocina.
Un saludo
Maye