Una pena, porque que esto de no trabajar y no madrugar es una maravilla ¿verdad?. Pues por ahora todo esto se ha acabado. Ahora no queda más remedio que retomar nuestros quehaceres diarios y nuestra vida laboral, que no es poco, aunque también una nueva con muchas ganas de publicaros cosas y de entrar en esta maravillosa rutina de historias, productos e ideas sobre gastronomía y cocina de andar por casa. Y antes de nada os tenemos que comentar es que al volver nos hemos quedado literal y gratamente sorprendidos de vuestra productividad en estas fechas. La verdad es que es admirable por vuestra parte, porque todos sabemos la cantidad de trabajo que hay detrás de cada receta y muchos de vosotros no habéis dejado de trabajar en vuestros trabajos. Además, ahora en verano como que cuesta más ¿verdad?, a nosotros por lo menos sí. Pues gracias a vuestras recetas hemos anotado algunas muy atractivas y refrescantes que esperamos hacer pronto y que si no hubiera sido por vosotros creo yo que jamás las hubiéramos hecho en casa porque lo que está claro es que aquí aprendemos todos.


Bueno, y os preguntaréis cómo han transcurrido nuestras pequeñas vacaciones. Pues muy tranquilos, ¡demasiado!. Saturados al final de playa y sobre todo de comer fuera de casa, las cosas como son. En casa hemos parado poco, y aunque hemos podido preparar cosillas fruto del "relax del protocolo en la mesa", como dice Garbancita en su blog, la verdad es que la mayor parte de las veces comíamos o picábamos fuera. Además, nuestro ambicioso plan de fotografiar nuevas recetas para el blog (ahora que teníamos tiempo) se ha ido de nuevo al traste por lo de siempre, porque parece que no nos entra en la cabeza que los apartamentos no están preparados para hacer una cocina curiosa. Así que al final, os acabaremos comentando historias de restaurantes con alguna que otro platillo preparado a duras penas, y lógicamente algunas revisiones de nuevos productos de nuestro agrado y que también os iremos contando poco a poco.


Bueno, pues nuestras jornadas playeras fueron muy modestas. Empezaron en La Mata (Alicante) y nuestro día a día tan simple y parecido entre sí, que casi todos los días eran lo mismo. La cosa se reducía a playa por la mañana, lectura en la misma, comer fuera, echarnos buenas siestas y por la noche paseos y cenas, clausurando algunas jornadas con un maratón de películas en DVD. La verdad es que poco más que añadir que sea importante. En esta primera parte eso sí, se trataba de recargar pilas disfrutando de un asueto libre de programaciones y desplazamientos, esto es algo que en el fondo revindicamos año tras año hasta que poco a poco vamos 'despertando'. Al final tenemos más planes que horas muertas, pero tampoco os creáis que muchos más. Así que como al principio el plan se reducía a llevar la vida del clásico veraneante, y como además el agua del mar estaba en su punto, los chapuzones han sido abundantes y las sentadas en la playa diarias. No hemos faltado casi ningún día a la tórrida playa, en este caso en Guardamar del Segura, aunque teníamos cerca otras calas. Nos encanta ir allí a bañarnos y pasear por las arenas de este parque natural rodeado de dunas y orillas anchas.


Y ya desde el punto de vista culinario destacamos por supuesto algunas cosas. Desde los menús del día o los arroces del restaurante El embarcadero (Avda. del Mediterraneo, 2) que aunque no eran contundentes, estaban muy bien elaborados, hasta el menú degustación del restaurante El Rincón de Capi's (C/ San Gabriel, 5), dónde pasamos una velada muy agradable con una charla final junto a su dueño Ricardo. Allí probamos el extraordinario Pulpo Seco de la zona y por fin el Wagyu (Kobe). Luego, y en otro orden de sitios, probamos el famoso y rico pollo asado del mesón Martín (ya teníamos ganas), o probamos dos nuevos y bonitos italianos que han abierto por la zona y que ya os comentaremos con más detalle, no tienen desperdicio algunas cosas que nos pasaron.


Por último destacar (de nuevo) la carne de ternera que se vende en la carnicería que en La Mata sita en la avenida de Francia que aunque no sabemos aún de dónde la traen, es realmente fabulosa. También ese cocido madrileño que nos preparó mi suegra un fin de semana que bajaron a estar con nosotros. Madre mía, qué bien sienta un buen cocidito al subir de la playa con su sagrada siesta (hoy por hoy bajo el chorro del aire acondicionado). Esto es algo que estando mi abuela en vida también hacíamos en mi casa de Almuñecar (y sin aire). También, las patatas frescas y nuevas de la zona, increíbles, al menos las que vende el supermercado Maravillas. Ya por último las famosas ñoras de Guardamar que compramos y que las veréis en algunas recetas, o los tomates Muchamiel, famosos en Alicante por su calidad. Algo curioso, estos tomates llegaron a ser los primeros candidatos a convertirse en RAF, pero al final se emplearon los Marmande.


Y en cuanto a nuestra segunda parte de nuestras vacaciones, ésta os imaginaréis que transcurrió en Almuñecar (Granada), y el plan, algo más movido, pero más o menos lo mismo. Playa por la mañana, tapas y algunos buenos menús, destacamos los del Mesón Andalucía al comienzo de la playa Velilla lindando con el Tesorillo.


Esas ricas y genuinas roscas repartidas por toda la localidad. Las mejores frituras de pescado de nuestras vacaciones, los tomates de la Vega Granadina que disfrutamos en varias tiendas; los mejores melocotones de este año o el clásico cumpleaños de nuestro amigo Gabriel con su excelente barbacoa. También excursiones a calas nuevas, tiendas, paseos por el pueblo etc. También destacar una nueva degustación de los helados traídos directamente de la heladería Los Italianos en Granada, o las famosas berenjenas con miel de caña del bar El Deportivo (Playa Puerta del Mar, frente al Aquatropic); o la fritura del mesón de El Peñón (Salobreña). También una reconciliación sentimental, esta vez con el restaurante Playa Calabajío (¿os suena?). Y como no la degustación anual del entrañable ladrillo de la heladería Jamaica (probamos más sabores).


Luego hay que reconocer que el agua del mar, y en este litoral, ha estado mejor que nunca, como hacía tiempo. Cristalina, buena temperatura etc, como la que disfrutamos en la playa La Caleta, en el término municipal de Salobreña. Una cala que pese a estar muy cerca de Almuñecar nunca habíamos estado, y la estancia allí nos evocó a aquella costa tropical de los años 80 que desde hace varias años está completamente extinguida. Un lugar pequeño, salvaje, rústico, lleno de cañaverales, sin coches a la vista, con poco trasiego y muchos peces. Repetiremos sin duda.


Otra playa tranquila e ideal para aislarte del gentío es la del Cotobro en Almuñecar.


Y como productos comerciales a tener en cuenta, han sido cuatro, la horchata de chufas en tetra-pack de Picanya (Valencia) envasada por Hacendado, ideal si queréis gastaros poco y no os pilla de paso ninguna heladería. Las patatas fritas artesanas M. Soria de La Pilarica (Benezújar, Alicante), como las de toda la vida. Otra reconciliación, esta vez con el preparado comercial Sandevid, algo que por fin nos ha convencido tras un par de años de dudas y tras probar varios tintos de verano muy mal mezclados. Y por último mi devoción por el helado de Frigo Magnun Temptation Fruit. Una maravilla.


Y nos despedimos con varias quejas. Un tirón de orejas al festival del marisco Gambaria que estuvo en Salobreña (comentarios en el blog de GastronomiayCia) y que debería de ser revisado. También a los precios de las consumiciones 'para llevar' a pie de playa de algunos bares. Vamos a ver, señor hostelero ¿no se da cuenta que el kiosko que tiene en frente las vende a 0,70€ y usted por 1,40€ no me da ni un vaso de plástico con hielo?. También al café que ponen en la conocida cafetería Quirós (Paseo del Altillo, 1) en Almuñecar que además de fuerte no era muy bueno, algo que desluce la excelente calidad de sus churros recién hechos (además por ellos).


Por último, y a la vuelta a Madrid hubo escala en Granada capital con nuestros amigos Gabriel y Verónica, con los que degustamos unos bocadillos de varios rellenos en las famosas bodegas La Mancha en plena calle Elvira tras estar cerrado el famoso Aliatar (C/ San Sebastián, 4). Y nos preguntamos, ¿cerrado un sábado por la noche?. Pues no lo entendemos, y ya nos ha pasado en otra ocasión. Una pena, porque estas bodegas a las que fuimos no nos engancharon, aunque fue suficiente para fulminar ese raro y repetitivo antojo vacacional de unos buenos bocadillos.

Pues en definitiva han sido unas vacaciones muy relajadas en las que no hemos movido un dedo, y el principal culpable ha sido esa desidia provocada por un aumento considerable del calor y humedad con respecto al Julio del año pasado, la cuál nos ha dejado tirados en casa muchas veces bajo el aire acondicionado. Por si lo queréis saber hemos llegado a sufrir un 75-80% de humedad casi a diario, y el calor atizaba que daba gusto. Por otro lado, y por suerte, hemos asistido a un descenso, pero le he tocado a los precios en general, de los alimentos, de las consumiciones, de las comidas o de las ofertas de los super. No hay mal que por bien no venga.


Deseando estamos de volver a cocinar comida casera, y compartirla con todos vosotros.

Empieza la nueva etapa de Mercado Calabajío.

¡Viva los chiringuitos!.