El bar Granja de Los Chaburres ha cerrado, adiós perritos calientes
Quizás lleve más tiempo cerrado que la bombonería Tejero, que su cierre fue otro de los grandes varapalos de este año, así que no lo sabemos con certeza el momento de su clausura pero imaginamos que habrá sido a finales del año pasado. Pero vamos la cuestión es que ha cerrado otro de esos sitios ancestrales de la capital para siempre, suponemos que por la jubilación de los dueños, que Andrés (creo recordar que se llamaba así) rondaría ya esa edad. Lo han hecho después de haber ofrecido durante muchos años un servicio y un producto que consideramos intemporal y que ha sido muy atractivo para la gente joven por su bajo precio, los clásicos perritos calientes. Han sido además los artífices, junto con su aledaño Celysol, los que convirtieron a esta zona el barrio de los perritos calientes de Madrid, o como siempre la hemos llamado, la gran zona de los perritos de Manuel Becerra.
Ya en otro viejo post os contaba las sensaciones que tenía con los perritos calientes de esta zona, y en concreto de este minúsculo bar sitiado en el número 122 de la gran calle Alcalá. Pero la verdad es que hacía mucho tiempo que no pasaba por aquí y claro, el cierre me pilló de sopetón. Es más, quizás me haya comido el último perrito caliente aquí en los Chaburres hará algo más de 2 años, cuando pasamos por esta zona justo antes de entrar a un concierto que hubo una noche de Enero del 2007 en el Palacio de los Deportes.
Sin discutir sobre si inflarnos a perritos calientes era una buena o mala alimentación, lo que es indudable es que a Madrid le gustaba esta zona. Son tantos los recuerdos que me trae a mí, mis amigos, a mis hermanos este mínimo establecimiento de estilo vintage, que no acabaría nunca de contarlos. Sólo os puedo decir que todos los planes del fin de semana durante muchos años terminaban aquí. Aquí hemos llevado a mucha gente de fuera, se lo hemos presentado a gente que no lo conocía, hemos pasado ratos inolvidables entre sus salsas, algunos de ellos hoy por hoy tristes. Esos paseos de Domingo de grandes charlas y de reflexiones varias sobre el fin de semana, o de aquellos días de compras por la zona y un largo etc.. Sin duda los dueños, que por mucho que intento acordarme no logramos dar con sus nombres, se llevan otra parte de nuestro pasado, muy muy especial.
¿Cuando fue el auge de esta zona y por qué aquí? Ni idea, creemos que empezarían estos dos bares, y aunque llevaban abiertos más de 40 años, los mediados de los 80 y durante todos los 90 fueron los más populares y trascendentes para la zona, incluso me atrevería a decir que en todos los bares de la zona ajenos a este negocio plantificaron su máquina de perritos en su mostrador para poder captar clientela y hacer competencia a estos pequeños bares tan masificados en los que los fines de semana había grandes colas para poder disfrutar simplemente de un par de perritos con bebida. La zona de la calle de Alcalá, y para quién no lo sepa, era en el punto que linda con Manuel Becerra, incluida esta plaza. Los precios de los perritos los llegamos a conocer hasta de 65 pesetas con refresco, aunque mis hermanos los conocieron más baratos aún.
Recuerdo ahora mismo que siempre que llegábamos a esta zona nos deleitábamos sin querer con el olor ambiente a mostaza y a salchichas cocidas, y dependiendo de muchos factores (gente, cercanía, preferencias del grupo etc) íbamos a comprarlos a un sitio u otro. Uno era el que creo recordar que llamábamos el David (o se llamaba así). Esta pastelería (que no bar) que hoy por hoy está cerrada, ofrecía perritos calientes detrás de un gran torno que giraba mostrando tartas, palmeras y donuts caseros, el cuál ocultaba en cierta manera al que te atendía. Recuerdo que eran rancios, y ofrecían un pan poco tierno pero inundado de ketchup y mostaza de biberón, los cuáles a algunos le gustaban más que las salsas que poseía Andrés y su mujer en Los Chaburres y que ahora os contaremos. A decir verdad, la pastelería tenía mucha clientela (igual hacían el pan ellos mismos).
También íbamos justo a la vuelta de este sitio (ya en plena calle Alcalá), a tomarlos al bar que desde hace unos lustros se convirtió en una cervecería alemana y que hoy por hoy sigue en pie exactamente igual que hace 15 ó 20 años, ya no nos acordamos. Este bar con mesas por dentro los servía a través de una ventanilla pequeña junto a la máquina de bebidas que veis en la foto, con lo que no se molestaba en absoluto a la gente de dentro, y se ponían morados a vender en la calle. Tuvo mucho éxito, entre otras cosas por la ubicación y por el perrito en sí, que era mullido y agradable. Bueno, su éxito también tenía que ver con ese efecto positivo para el negocio que era tener decenas de clientes hambrientos esperando en la calle. Esto llamaba mucho la atención, y la gente improvisaba su cena, y se ponía en la cola. Creo recordar que no tenían oferta de perrito más bebida, lo sacabas de la máquina.
También los tomábamos en otro bar muy pequeño que estaba en la acera de la calle Alcalá que iba hacia Ventas, que era ya el último sitio dónde los vendían camino de casa (no tenemos foto y ni sabemos si todavía existe).
Y ya sólo quedaban los grandes, Granja los Chaburres (por una granja que tenía el dueño llamado Angel Chaburre), y el de al lado, que también sigue abierto y ha logrado sobrevivir, llamado Celysol (Celia la mujer, y el apellido del marido 'Sol').
¿Eran estos dos sitios los emblemáticos de la zona? Desde luego ¿en qué se diferenciaban? Pues en mucho, Celysol ofrecía raciones, partidos en televisión, bocadillos, cocina, barra y un local más amplio, pero los perritos calientes no nos gustaban tanto. Los Chaburres en cambio vendían sólo perritos calientes (poco más). Estos eran tiernos, chorreantes, jugosos, con dos salsas originales muy diferentes a la competencia, une era salsa de tomate tipo Orlando, y la otra mostaza tipo Uncle William's. Ambas en dos botes grandes con un buen rodaje.
Ambos estaban pared con pared, os podréis imaginar la cantidad de gente que se aglomeraba en sus puertas y la supuesta competencia que tendrían, porque para ambos su verdadero negocio eran los perritos. Lo que por otro lado era una realidad es que nuestros amigos optaban por el Celysol cuando en Los Chaburres estaban a rebosar, pero no por eso se llenaba menos, para nada, simplemente daban los mismo de pero distinta manera. A mí aunque personalmente el Celysol me gustaba menos, este bar ha sabido aguantar muy bien con los años y merece todos mis respetos y la mayor suerte del mundo.
Bueno, el caso es que si querías un par de perritos había que esperar como mínimo 20 minutos. A no ser claro que fueras entre semana y al mediodía, que aquello era un enjambre de moteros y de coches en segunda fila (cuando no había carril bus) disfrutando de unos perritos calientes en ambos sitios. Recuerdo que en los Chaburres entrabas y el matrimonio siempre te animaba a pedirte otro más, aunque llevaras seis. Ella (la mujer) con una sonrisa de oreja a oreja, y Andrés contándote alguna historia con una voz amplificada, sobre los clientes, el negocio, el tiempo, la delincuencia, la política en fin, con un carrete que no veas, y ¡ah! tenía en un dedo una especie de curioso protector elástico, que era algo que nunca nos atrevimos a preguntar para qué le servía. Pero bueno, era parte de la estampa.
Estos bares quizás los abrieron en los años 60, aprovechando el tirón del desparecido cine Benlliure cerrado a finales del 2006 después de 52 años abierto (leo en un artículo), pero tampoco lo sé seguro. Si alguien puede aportar información se lo agradeceríamos.
Nos imaginamos que ningún hijo ha querido continuar el negocio de sus padres porque entre otras cosas sabemos que sus descendientes estudiaron en la universidad y alguno ya estaba muy bien colocado. Ahora las costumbres han cambiado, la zona ha cambiado, e incluso en medio de toda la oferta superviviente han montado un super Nebraska con sus extraordinarios perritos calientes, de los que otro día os hablaré. Tiempos difíciles se avecinan con esta dura competencia porque no sólo tendrán que luchar con los nuevos tiempos, las nuevas modas etc, si no con una calidad muy superior de los perritos calientes de este viejo negocio madrileño. Además se trata de un local en condiciones, bonito, moderno y enfocado al fast food sin que te hagan pasar por esas entrañables y maravillosas penurias esperando tu turno en la calle, para posteriormente pringarte de salsa de mostaza la ropa con un perrito en cada mano y la lata en un bolsillo. ¿Habremos cambiado tanto las pautas? o.. ¿nos habremos vuelto demasiado 'pijos'?.
Chaburres, os echaremos de menos.
Salud.
24 comentarios:
**** A T E N C I O N S I D E J A S U N C O M E N T A R I O ****
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Perdonad las molestias.
No conocía este bar, ni esa zona de Madrid, pero es una pena que se estén perdiendo tantas cosas en las ciudades. Comprendo que hay que evolucionar, pero se está perdiendo la esencia y eso es malo. Madrid todavía conserva muchos locales de solera, pero en Barcelona, la última vez que estuve, volví espantada, ha perdido absolutamente todo el caracter.
ResponderEliminarSe pierden los locales y negocios que marcaban el caracter de cada ciudad y se sustituyen por franquicias ó por negocios de los inmigrantes (chinos, Hindues, rusos,....
Para mi el colmo fué en Bilbao, la última vez que he estado, que me llevó mi hermano a un restaurante "donde estaba antes la Panadería Iturbe", la más típica y mejor de Bilbao y el restaurante era asiatico, mezcla de cocina china, japonesa y tailandesa, de diseño total. Lo peor no fué la sustitución de una panadería de toda la vida por un retaurante asiatico, lo peor es que después de muchos años sin ir a Bilbao, mi hermano me llevara alli a cenar, como algo fantástico.Se han cambiado los criterios.Sabe que se la tengo guardada.
Un saludo, Begoña
Carlos nos tendremos que ir acostumbrando estas pérdidas, porque son continuas. O bien por asuntos económicos, son pequeños negocios familiares que si los hijos no quieren continuar, se vienen abajo. Llegará un momento en que las ciudades perderán sus señas de identidad con las modas. La zona de la que hablas, en mi opinión, se ha quedado para los que viven ahí, ya no va la gente de otras zonas y eso le está pasando a muchos barrios de Madrid.
ResponderEliminarEn cambio, si van de todo Madrid a La Latina, Malasaña ó Chueca y salvo excepciones, en todos los bares hay mas ó menos lo mismo y la atención al cliente no se puede decir que sea personalizada, como seguramente era en Los Chaburres. Hay ambiente, si, pero hay tanta gente concentrada.... a mi me encanta tomar el aperitivo en la Plaza Santa Ana ó la Pza de La Paja, pero ya últimamente el pincho de tortilla de patatas me sabia a tortilla congelada.
Sigo echando de menos esos bocatas de calamares de antes de Madrid, que ya le comentaba en el blog a Margot, por cierto si sabes de algún sitio donde aún se puedan comer, me informas!!
Un beso
Carlos, qué recuerdos de la juventud. Me encantaban esos perritos. Incluso recuerdo como un día nos atracaron justo al lado, con el perrito en la mano. Que tiempos aquellos.
ResponderEliminarSaludos.
Espera, espera, dentro de un par de meses, un todo a un euro, inundará nuestras vidas, jaté
ResponderEliminarManda narices!!
Begoña: más que vea o no normal estos cierres (que lo veo normal), es que para los que estábamos yendo ya poco, lo hagan sin avisar, sin que lo digan en el BOE, O salga en el telediario jejeje... Es broma, pero si lo hubiéramos sabido, hubiéramos criogenizado un perrito caliente durante años en el congelador de casa sólo como reliquia, a la par de habernos comido 10 perritos cada uno el último día, a modo de homenaje póstumo. En fin, una pena.
ResponderEliminarCarmen: ya, y a mi madre le pasó en su día con otros sitios, es ley de vida, y eso que antes había mas cultura de 'negocios herencia' que ahora.
Sobre los bocatas de calamares en la plaza Mayor de Madrid, olvidaros. Hombre, no conozco todos los sitios al dedillo, pero de los baratos te podrás imaginar. Desde hace años son malos pero con ganas (¿pota?, ¿volador?), aunque nos siguen gustando por tradición, protocolo y ese olor que hay en las calles (zona bar La Ideal, La Campana etc). En los mesones de los soportales hay un punto más de calidad que en los baretos, pero no en todos y es mucho más caro.
Por destacar, lo siento, ninguno. Yo prefiero los del Brillante, tú fijate, aunque os imaginaréis que tampoco son chipirones de potera que digamos.
Para comerlos buenos, en otros sitios, en Galicia, sin duda. Aunque el rebozado en el sur.
DPC: pues como sigas así no vendes el caballo, como dice aquel chiste jejejeje. Me alegra que lo hayas conocido.
ResponderEliminarSu: pues es que es tan pequeño... seguro que tienes razón.
Yo ahora me he pasado a los perritos del IKEA... jajaja
ResponderEliminarNo son lo mismo, evidentemente, pero me pilla cerca del trabajo como entonces. Trabaje una época en Manuel Becerra y normalmente me escapaba a por un perrito, ahora que trabajo en Móstoles, a veces me acerco al IKEA a por un perrito, en casa soy incapaz de hacerme perritos o comer esas salchichas tan malas, pero noseporqué, si me las ponen fuera mencantan
Si es verdad, les llaman de calamares pero no son y un olor a aceite refrito horroroso.
ResponderEliminarAsi que en casa, con una chpata bien todta y aceite limpio...que rico!!!
uffff, yo recuerdo haber tomado perritos en los chaburres desde que tenia 15 años (alla por 1985) cuando costaban 18-20 pesetas. Salia con 50 pesetas y siempre nos tomabamos dos con una coca cola, con el paso de los años llegamos a pedirnos 5 o 6 ya que estan de lujo, mucho mejor que los de Celysol. Hace relativamente poco me acerque por alli y Andres todavia se acordaba de mi, un fenomeno. Tengo entendido que a sus hijos les va muy bien, creo que su hija es actriz aunque no lo puedo asegurar. El caso es que durante 15-20 años recorri cada rincon de Manuel Becerra-Goya y el sitio que mas recuerdo es los chaburres, auqnue luego lo sustituimos por el Seny, mas por la cerveza que por los perritos...
ResponderEliminarNo me enrrollo más, un saludo y gracias por el esupendo reportaje.
Alex
Hola Alex, pues me alegro que dejes tu opinión. Nosotros no hemos levantado aún cabeza del chasco... Mira que podía alguien continuar con el negocio tal y como estaba, aunque la jubilación de Andrés la vamos a pagar caro porque su carisma es difícil de reemplazar.
ResponderEliminarYo sé que el no sabría ahora mismo como me llamo, pero me reconocería enseguida, probablemente porque durante muchos años fui con un amigo que era adicto a los batidos de fresa, y después de ir muchas veces por allí ya se lo sabía. Batidos de fresa con perritos, agárrate. También teníamos 20 años.
Un saludo.
Mi record en Los Chaburres es de cinco perritos del tirón.
ResponderEliminarEntrañable artículo!!!
Por cierto, no hay mejor definición de los perritos de Los Chaburres que la que hizo John Kennedy Toole en La Conjura de los Necios. Aunque creo que recordar que habla de ellos bajo el seudónimo de "perritos Paraíso".
ResponderEliminarHola Roberto, pues nos alegramos que te haya gustado el post. Qué pena no habernos podido comer 6 el último día a modo de homenaje. Un saludo y gracias por escribir
ResponderEliminarHola me llamo Rafa, y tengo 54 años. Referente a la granja Los Chaburres, tengo que comentar, que cuando yo era pequeño, mis padres me llevaban a tomar horchata, que era una de sus especialidades en aquellos años 60.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias andres por tantas tardes de perritos y sobre todo gracias por amabilidad y el buen rollo que habia en ese bar, para mi esa calle ya no sera lo mismo sin Los Chaburres
ResponderEliminarEstimados amigos, aunque ya no será lo mismo, quiero informaros que recientemente he abierto un bar y tengo la máquina de perritos que le compré a Chaburres, las mismas salchichas que utilizaba Andrés y Milagros, su mujer, y que nos dieron tantas tardes, noches y madrugadas inolvidables. La receta de las salsas y el tipo de pan también me las ha facilitado muy amablemente Andrés. Me ha prometido que vendrá a vernos de vez en cuando, así que quizá podamos seguir con las charlas tan amenas que compartíamos. Intentaremos hacer que La Granja de Los Chaburres no ha cerrado si no que se ha trasladado. Desde aquí os invito a todos a conocer "el MINI bar" un pequeño rincón que hemos preparado con todo el cariño posible para que sea agradable y que algunos amigos ya lo han calificado como un escondite para perderse. Estamos en C/ Vazquez de Mella, 35. (no hay problema para dejar el coche en doble fila). Os espero
ResponderEliminarHola cima, ya se q tu comentario tiene más de 2 años, pero me he pasado todo ilusionado por Vázquez de mella 35 y no he encontrado nada, sólo una página y un chino. Has cerrado el bar? Estas en otro sitio? Un abrazo de un tío q se comía los perritos del aburres de 10 en 10
EliminarQue lastima no haber visto este post en su día. Me imagino que después de tanto tiempo no existirá el local ni la famosa máquina de perritos.
EliminarGracias por decírnoslo Cima. Iremos a veros en cuanto vayamos por esa zona. Será un placer. Un saludo.
ResponderEliminarJoder.... no me habré comido perritos en esa zona.... volviendo de marcha...
ResponderEliminaren el año 73 los conocí , estaban a 4 pesetas el perrito y celysol cerró , en el 2015
ResponderEliminarEs cierto que eran bastante económicos los perritos en cuanto a calidad-precio. Lo que siempre me pareció imperdonable es que en ambos sitios los WC estuvieran averiados durante años. me resulta difícil de creer. me hace sospechar que no querían molestarse en limpiarlos a diario.
ResponderEliminarPues no nos acordábamos de ese detalle, pero es verdad quelas veces que quise usarlos, no funcionaban... :)
EliminarEn casa David,mis favorito,desde 15 pesetas cuando me dejaba la " ruta" allá por 1979/1980 🙄,hasta que cerró seguí yendo..que bien me sabían.
ResponderEliminarEn los Chaburres algún perrito me.he comido pero chocolates en sus mesas que recuerdo de mármol me he tomado unos cuantos para merendar y en Animarí las napolitanas...ahora paso y me deprimo, Kebab Leizarran... dónde estarán mis perritos.