Hola amigos. En mi cruzada particular con encontrar las mejores patatas fritas tradicionales de toda la oferta nacional, me he topado con alguna marca poco popular y de difícil acceso pero con una gran calidad. Este es el caso de las patatas fritas Rolls, que creo que hoy por hoy y después de comprobar nosotros mismos que las patatas fritas lays gourmet han cambiado realmente a peor, probablemente sean de las patatas fritas que más nos gustan. "¡Entonces ya está!" - me diréis, pues no amigos, estos snacks tienen un par de problemillas que hacen que no sean todavía perfectas. Estos pequeños problemas son realmente dos, indudablemente uno es el precio que supera los 2,50€ la bolsa, precio conforme para un disfrute escaso pero se me hace excesivo para compartir con mucha gente (12€ el kilo), y el otro es que creo que sólo se encuentran en Madrid en las tiendas VIPS, que todos sabemos además que no son precisamente las tiendas de productos más baratas.


He de deciros que hace relativamente poco las divisé en una feria de productos gourmet en El Corte Inglés, pero al acercarme a por ellas no las habían recibido aún. Lógicamente no volví a intentarlo porque fui a mitad de la promoción y estas cosas ya me las conozco. Así que me quedé con las ganas de verificar si se encontraban algo más baratas porque sinceramente, a este precio las consideramos un poco robo aunque no os creáis que a veces lo pienso y digo, pero si están buenas, mejor será esto que no tirar el dinero con 2 bolsas más baratas.

Bueno, pues por si no sabéis de dónde procede este producto, os diré que es de Yuncos en Toledo, aunque su fundador (y su descendencia) empezaron en pleno centro de Madrid. Para ser más exactos con los datos, os diré que sus orígenes en cuanto a freiduría se remontan a hace más de 140 años, cuando según su propia web "[..] la familia Martín arranca en el noble oficio de la fabricación artesana de los tradicionales churros, porras y buñuelos en la madrileña calle de Augusto Figueroa". Posteriormente, y después del gran éxito de su oficio, abrieron nuevos sitios en las calles del Olivar, Escorial y Piamonte (todos ellos hoy por hoy cerrados).


Según añade esta inacabada web (tirón de orejas) en 1950 nace pues el concepto de las patatas fritas donde la familia Martín (dicen) es pionera en Madrid, incorporando a su línea de productos esta tremenda novedad "[..] Con cada crujido se descubre toda la ciencia y dedicación de unos buenos profesionales de origen más que centenario". Bueno, pues a los pocos años y tras el (supuesto) crecimiento de la marca, la empresa se traslada a las instalaciones actuales de Toledo donde la fábrica se ha establecido, creció considerablemente y sus instalaciones se modernizaron.


Por otro lado, y como era de esperar en una gran marca, informan en su web aunque muy brevemente, datos sobre su fabricación y sobre el origen de la oportunidad de negocio "[..] Este hueco en el mercado se viene detectando paulatinamente con más intensidad, fruto de algunas circunstancias muy particulares como el dominio de marcas muy preocupadas por su precio final y sus márgenes comerciales que de forma sistemática hacen reducir su calidad. La consecuencia es que existe una demanda de productos en el sector de buena calidad y que con más fuerza se están identificando con las patatas de granel de venta en frutos secos del mercado tradicional.". No les falta razón.


También apostillan que las patatas rolls proceden de la selección de patata Agria propia plantada en tierras escogidas y seleccionadas por la propia empresa, es decir, no compran el género a terceros y eso es una gran noticia porque de esta forma el producto posee la mejor trazabilidad posible, aunque la empresa sabe que aunque todo esté supervisado por sus propios técnicos especializados, esto entraña sus correspondientes riesgos, es decir, si pasa algo grave desde el punto de vista de producción, la empresa se queda sin producto y tiene que comprar. Por tanto es una práctica admirable que le aporta un valor añadido al producto muy importante y convierte el género en algo muy especial (que tomen nota muchas empresas de este tipo).

También, la empresa nos deleita desde la propia caja (envase) con fotos de las maquinarias, del producto y de la propia fábrica, advirtiendo claramente que el aceite empleado es de girasol (30%) y de oliva virgen extra (70%). Otro detalle a tener en cuenta (este personal) es que la caja de patatas sea muy atractiva comercialmente, y además venga su contenido dividido en dos bolsas, para que si no nos acabamos las mismas en una tacada (lo dudo), podamos disfrutar de la mitad otro día y en perfectas condiciones. Bravo por ello.


Por tanto, acabo ya comentando que su sabor y crujido es fabuloso. Su textura está conseguida y yo creo que eso lo da la variedad y corte de la patata (no son finas y las formas irregulares y medianas). Su olor (lo mejor) y su punto de sal equilibrado. La verdad es que no le saco ningún pero, a excepción ya os digo del precio y de su disponibilidad, que son dos puntos importantes a tener en cuenta en la valoración final de un producto así.


Por último os animo a buscarlas y probarlas, y ya me decís. Mi compañera bloggera Carmen Rico (os recomiendo visitar su blog), me aconsejó que probara las Sarriegui (Alava) que vende El Corte Inglés, y de verdad que queda pendiente Carmen. Éstas, y las más buscadas por mí, JGarcia (Castellón), algunas variedades de las riojanas Pafritas y las conocidísimas San Nicasio (Córdoba) son por ahora todos mis objetivos. ¿Sabéis si todas estas se venden en varios sitios en Madrid?, aunque si no, me sirve cualquier pista.

Salud.