..y aquí nos dejaste sin saber que decir. Tu familia y amigos estamos rotos tras tu inesperada ausencia, que aunque te has ido de la manera más dulce que podías hacerlo te aseguro que para los que nos quedamos por aquí ha sido una experiencia horrible. Y no somos pocos, porque antes de ayer mismo comprobamos que en tu maleta te has llevado no sólo la alegría de toda tu familia si no un poco de mucha gente. Además nunca hemos visto un cumpleaños tan multitudinario como el tuyo, todos volcados contigo, echándote de menos en la lejanía y acompañando en la medida de lo posible a tu familia.


Se nota que tu vida ha sido una vida llena amigos, conocidos y de unos hijos y nietos maravillosos, los cuáles (a la vista estuvo) no pudieron soportar tu repentina despedida y explotaron con un lamento amargo e impotente. Por desgracia ellos también se han tenido que dar cuenta de que la falta en sus vidas de una persona como tú, es lo más doloroso que le puede ocurrir al ser humano. Y yo, después de haber contemplado toda tu trayectoria como amigo de la familia, te diré que has llevado a cabo a la perfección las funciones a la vez de madre y de padre de tus cuatro hijos. Y no digamos las de abuela. Simplemente había que mirar a los ojos de todos los tuyos para que uno se diera cuenta de esto y de mucho más.

Y de verdad que poco más voy a añadir. Muchos son los recuerdos que me vienen a la cabeza, demasiados. Son tantos que necesito un tiempo aún para asimilarlos, ordenarlos y creo que así poder contarlos. Por lo pronto te expresaré mi más infinito agradecimiento por hacer que parte de mi vida, mis recuerdos y mi felicidad pertenezca a tu casa y a tus hijos. Te llevas contigo mis veranos más inolvidables y mis mejores días en Granada, estancias llenas de anécdotas, celebraciones, sobremesas y charlas en las que tú estabas casi siempre presente. La verdad es hoy por hoy no nos podemos imaginar Almuñecar sin ti y sin esa sonrisa perenne con la que siempre nos recibías y con tanto agrado nos invitabas a que tu casa fuera nuestra casa.

Sólo me queda pensar que allá dónde estés seas aún más feliz (si cabe) que cómo lo has sido con todos nosotros. Te acuerdes mucho de tu familia y amigos que siempre te hemos recordado como alguien afectuoso, cariñoso y familiar, y no queremos que esto cambie jamás. Yo además te he recordado siempre en este blog como una de las personas fundamentales en algunos de los cambios más importantes de mi modesta cocina, y por tanto pieza fundamental en mi pequeña trayectoria culinaria, y por supuesto personal. Esto quizás sea una nimiedad para ti pero ya sabes que siempre te lo he valorado y siempre te lo he agradecido.

A colación de este comentario permíteme que a la gente del blog les deje una foto de la preparación de tu famoso arroz, foto que a todo esto considero muy entrañable porque además fue mi último arroz. Arroz que tantas veces me lo has puesto sin pedírtelo, y tantas veces me lo has ofrecido sin estar. No sé a quién se lo pondrás ahora, pero por favor diles de mi parte (de nuestra parte) que con detalles como estos nos hacías muy felices.


Espero al menos que ahora disfrutes con muchos de los que hacía tiempo que no veías. Por fin volverás a estar con tus padres que tanto te querían, y con otros tantos conocidos a los que te pido desde aquí que les des muchos besos de mi parte. De nuevo darás largos paseos con tu perrita Luna, que no es por nada pero se va a volver loca cuando te vea. Parece que fue ayer cuando tu hijo Coco y yo os veíamos a las dos subir la cuesta de tu casa a la luz de una linternita, y al llegar arriba a la terraza decirnos '¿[..] Qué estaréis tramando que todavía estáis por aquí?'.
En fin, te pido por favor Encarnita que nos llames a menudo aunque sea desde tu corazón.

Si no, no te preocupes, nosotros lo vamos hacer seguro... porque entre otras cosas jamás te olvidaremos.

El blog permacerá cerrado hasta el Lunes 3 de Marzo.