Probablemente no te gusten, te aseguro que no eres el único. Y no lo digo por mí, que a mí no me desagradan, si no por mucha gente que de entre la familia de las coles, ésta es el que menos le gusta. Fijaros, aunque haya mucha gente que no les gusten, muchas de estas personas desconoce sus propiedades. Leyendo en Internet he descubierto un montón de cosas. Aunque las coles de Bruselas están incluidas dentro de la cesta de la compra de todos los países occidentales, ésta es mas medicinal y exclusiva de lo que nosotros nos imaginamos. Porque en sí, es una verdura más por supuesto, pero esta variedad de mini coles o repollitos poseen unas propiedades únicas para nuestra salud entre las que destaca sus altas dosis de vitamina C y ácido cítrico, en proporciones digamos que parecidas a la famosa naranja. Bueno, y un montón de cosas más. Si queréis conocerlas acompañadme unos minutos, a lo mejor cambiáis y todo de idea acerca de su (siempre aconsejable) consumo, pese a que no suelan gustar.


Las coles de Bruselas (Brassica oleracea), es una variedad moderna de este tipo de coles. Según leo existe sólo desde comienzos del siglo XIX (1892). Su origen es confuso, y se le ubica en centro Europa, pero nada es seguro. Se sabe que se plantaban desde Italia al norte de Francia pasando por grandes extensiones en Bélgica, es decir, en las inmediaciones de Bruselas, de ahí que esta verdura tenga su nombre (originariamente Choux de Bruxelles).


Las coles de Bruselas, por si nunca las habéis visto o comido son como veis en las fotos, yemas prietas y 'arrepolladas' con la misma forma que una col y que se forman masivamente a lo largo y ancho del tronco de una planta bastante alta.

Al parecer estas verduras nacen en el frío, entre los meses de Octubre y Enero, aunque las podemos encontrar ya todo el año (y no digamos ya congeladas). Problema, son más calóricas que el resto de coles, pero estos es compensado por su alto contenido en muchas vitaminas, sales minerales, fibra de gran calidad y un montón de sustancias beneficiosas. Destaca su vitamina C y como no, sus muchos folatos (naturales) los cuáles son muy recomendables de tomar semanalmente. Por si no lo sabéis, los folatos intervienen en la producción de sangre (glóbulos rojos y blancos) y en la destrucción de los anticuerpos, muchos de ellos cancerosos.

También poseen un alto contenido en fitoquímicos (glucosinolatos, isotiocianatos e indoles). Todas estas sustancias previenen de muchas enfermedades degenerativas y estimulan el sistema inmunológico. Y seguimos, también y para colmo, compuestos azufrados (dimetilsulfuro, trimetilsulfuro) que son los responsables del fuerte aroma que desprende esta verdura durante su cocción, pero íncreíblemente beneficioso para la síntesis del colágeno (mantiene unidas las células), crecimiento de uñas, pelo y belleza de la piel.

Por último entre los minerales que esta maravilla de verdura contiene, está el potasio, fósforo, yodo, hierro, zinc, calcio, magnesio y sodio. ¿Os parece poco?. Pues encima contiene mucha cantidad de fibra insoluble, ideal para estreñimientos, a la metabolización del meteorismo o flatulencia y de la limpieza general del tracto digestivo. Madre mía, ¡si es una verdura tremenda!.

Por eso que veamos en series y películas que los niños mericanos las comen, porque junto con los cereales, la leche, los vegetales y los yogures, construyen su base piramidal alimentaria en cuanto a energía y vitaminas saludables, fácilmente encontrable en los supermercados y de obligado consumo por los niños de estos países en su etapa de crecimiento.


Nosotros deberíamos de hacer lo mismo, y como se que aunque lo leamos seguirán sin gustarnos, os voy a postear una receta que nos sacamos de la manga para comerlas de otra manera. Y en su momento creímos que cometimos un error, pero al final creo que fue un acierto. Veréis, no teníamos pastel de cabracho (con huevo), si no paté casero del mismo. Éste no salió tan presentable y sólido como el pastel, pero en boca nos emocionó. Nosotros hemos probado hace poco el pastel de cabracho a la plancha y nos ha encantado. Y el cabracho os asdvierto que es un ingrediente que pega bastante con este tipo de verdura. De ahí, que la única forma que se nos ocurrió para preparar el paté, fue imitar al pastel de cabracho tradicional a la plancha, así que lo doramos y extrajimos una especie de crema de untar ligeramente tostada, que a la postre os advierto, que estaba exquisita.

Bueno, no os cuento más. Qué sobra deciros que os mojéis en comer sano de vez en cuando, y comáis estas coles que además de baratas (3'5€ el kilo), cunden, sanan y alimentan.

Siempre las recomendaré cocidas y a la plancha, con un buen aceite de oliva virgen extra y con unos ajitos frescos, o si queréis con pimentón de la Vera. Es como las he comido yo siempre.

Allá va.

COLES DE BRUSELAS SALTEADAS SOBRE RAF A LA PLANCHA Y REDUCCIÓN DE MODENA Y MIEL

INGREDIENTES (3-4 personas)

1/2 kilo de coles de Bruselas
Queso de tetilla gallego (o fundente)
2 Tomates Raf grandes y poco maduros
Vinagre de Módena
Miel de caña
Pastel de Cabracho (o paté)
Aceite de Oliva Virgen Extra
Pimienta
Sal


PREPARACION


Se limpian los cogollitos de hojas sueltas. Se suelen tirar las sueltas, sucias o que estén sujetas al tallito. El tallo se elimina también.



Una vez limpias se cuecen en agua con sal durante treinta minutos.


Una vez cocidas se hacen los tomates recién lavados y laminados en rodajas gruesas, a la plancha y muy despacio. Además por ambas caras.



Mientras se asan, haremos la reducción de vinagre de Módena en un cazo. Cuando hayan evaporado tranquilamente todas sus aguas, añadiremos una cucharada de miel de caña (yo le añadí una pizca de pimienta).



Una vez emplatado el tomate se reserva.


Se pasan a la plancha las coles con algo más de sal y aceite para que doren y echen el agua de cocción que les quede. Esto nos llevará unos diez minutos a fuego medio.


Mientras haremos el pastel. Al ser paté tuvimos que sacarlo del bote en cucharadas y meterlo en una bolsa de congelación. La aplanamos con las manos sin mancharnos y la medio congelamos para que pudiéramos echarla a la plancha estirada y así caramelizarlo un poco..






Una vez la sartén estaba caliente la echamos y la dejamos a fuego suave para que cogiera el regusto a la plancha. Lo sacamos con una paleta de madera, arrastrando la paleta de golpe como si fueran gachas. Lo depositamos encima de los tomates.


Una vez echado el cabracho, echamos las coles bien colodaditas y hundiditas en el paté a la plancha.


Por encima corté láminas finas de queso tierno gallego y lo llevé al grill, junto con unas semillas de sésamo.


Cuando lo sacamos, le echamos la reducción por los lados.

Salud.