Éstos los rebozaremos en huevo batido (con un huevo grande creo que basta) y pan rallado (y sal claro). Si queréis probar ha hacerlo con pan rallado de calidad, hacerlo y me contáis. Ya sabéis que se hace con pan seco de varios días (de barra mismo) y se tritura con el complemento de picar que trae toda batidora. Estoy seguro que saldrían aún mejor.
Sobre el champiñón mejor lo compramos gordito (es mucho más agradable al gusto) y lo cortaremos en mitades, después de lavarlo a conciencia de tierra y suciedad. Además de este tamaño retienen más su líquido, algo imprescindible para que la salsa del guiso tome el cuerpo y sabor necesarios.
Una vez empanados todos los filetes, exprimiremos un limón mediano para cada medio kilo de carne más o menos. Aquí como los hicimos en dos ollas-sartén, exprimimos un total de dos limones.
Pondremos ahora el champiñón a reducir en una olla, con un poco de aceite de oliva y sal. Aquí es importante que los mismos no reduzcan del todo ya que queremos que queden sólo rehogados pero con todo su jugo (esto os llevará unos diez, o quince minutos a fuego medio).
Freiremos ahora los filetes (de dos en dos) en humeante aceite de oliva, pero sin pasarnos de tiempo de fritura. Que el fuego eso sí esté fuerte, y sólo que se doren por ambos lados. Es vital que no queden muy hechos porque luego al coceremos en la salsa pueden quedar muy secos.
Añadiremos ahora al bol dónde tenemos el limón exprimido, igual cantidad de agua que de limón, y os recomiendo que hagáis esto lo más aproximado posible. Si no quedarían fuertes o en por el contrario, muy aguados.
Iremos depositando los filetes en la olla o sartén sin amontonar, y escurriéndolos bien de su propio aceite (basta con sacudirlos antes de colocarlos en la olla).
Aquí tenéis el champiñón listo para volcar en los filetes.
Ahora haremos la salsa, que es muy fácil. Para ello echaremos una cucharada sopera de mantequilla (lo más fresca que podáis) por cada medio kilo de filetes. Podéis usar aceite de oliva, pero el toque lo da la mantequilla. Lo primero que tendremos que hacer ahora es deshacerla en la sartén con el propio calor del fuego.
Ahora viene lo curioso, echaremos entonces una pastilla de caldo concentrada de aveentera y lo echaremos molida, así sólo queda esperar a que desaparezca mezclado con la propia grasa animal.
Ahora echaremos el zumo de limón y el agua. Esperaremos a que hierva.
Una vez hirviendo, depositaremos la salsa encima de los filetes y los llevaremos a hervir muy despacio.
Una vez empiece a hervir el guisom echaremos los champiñones y los hundiremos lo mejor que podamos en la misma salsa (al igual que los filetes ojo). El líquido debe de cubrir todo ligeramente.
Los dejaremos al mínimo e incluso tapados a que reduzca la salsa (ya veréis como reduce). Comprobaremos que el pan rallado hace su función de fiel espesante.
Por último, ¿cómo sabremos que están listos?. Pues es fácil, cuando veamos que los filetes se han hinchado ligeramente y que el jugo prácticamente ha desaparecido (pero no del todo, mirar la primera foto). Es en ese momento cuando apagaremos y podremos disfrutar de ellos, vamos que unos diez o quince minutos en total.
Hola, le he puesto el zumo de un limón y la misma cantidad de agua, todo junto con la mantequilla y no me salió apenas salsa para que hirviera sino que desapareció. No sé que hice mal
ResponderEliminarMira, este plato lo hacemos muchas veces porque al nene le encanta y lo tenemos muy fresco. La solución pasa por echar el doble de cantidad, haciendo esa proporción de limón y agua, y asunto arreglado. Si ves que queda un poco liquido, cuece hasta evaporar, la carne no se seca por el empanado y la magia del ácido del limón.
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