Hola a todos. Este fin de semana han desfilado por casa nuestros grandes amigos Gabriel y Verónica desde Granada. Nos han obsequiado con unos dulces típicos de Navidad obrados por la mítica Casa Pasteles del emblemático e histórico barrio Albayzin en el norte de la capital de Granada. Sobra deciros que se trata de un detallazo hecho con una exquisitez increíble, entre otras cosas por lo original y oportunista del mismo, aunque es probarlo y entender en seguida lo que os quiero decir.


Además os añado que creo que son los únicos dulces de Navidad (que yo haya probado en mi vida) que de verdad no cansan. Son artesanales, pequeños, muy variados y exquisitos, eso sí, en principio pensamos que nos trajeron mucha cantidad, pero de esto último me retracto inmediatamente. Y os cuento ahora mismo por qué; ayer estuvimos hurgando en las cajas para rescatar algún dulce que se nos hubiera olvidado probar, y aunque miréis dos veces la foto y no os lo creáis ¡ya están las cajas por la mitad!. Así que por un lado no habrá problema alguno en gastarlos, pero por otro lado creo que no vamos a llegar a las Navidades para seguir disfrutando de ellos.

Y de verdad que con estos dulces me quedo corto en adjetivos. Son dulces navideños de corte tradicional, pero que en sus formas, texturas y variedad creo que algunos son los bocados más suculentos que he probado nunca (también es verdad que no soy muy objetivo, porque me encanta el chocolate). Y es que se nota que son de una famosísima y antiquísima casa de dulces que es legendaria en todo Granada, que de esto sabe un rato. Preguntadle a un granaíno cualquiera que vaya por la calle si la conoce y que te dige dónde está. Ya veréis como os lo indica a la perfección y os dice '¡cucha!.. si eso está del carajo!'.




Pues la historia de esta pastelería es narrada perfectamente en la web de Casa Pasteles, aunque ya en la misma advierte que de sus inicios hay muchas incógnitas y aproximaciones "[..]Ángel Vilchez Teret y Ángeles Fernández López eran un matrimonio residente en el Albayzín de donde procedían. Él era pastelero y trabajaba por cuenta ajena, ella era ama de casa. Pero Ángeles era una mujer emprendedora y convenció a su marido para fabricar dulces en su casa. Así, él le enseño a fabricar merengue, que luego él terminaba, y lo vendían con la ayuda de los niños del barrio. Poco a poco el negocio fue funcionando y ampliando el tipo de dulces. Finalmente, en su casa de la calle Panaderos, habilitaron un espacio para una pastelería que llamaron ‘La Estrella’. A poco de esto, en el barrio, a Ángel se le empezó a conocer como ‘El Pasteles’. Esto fue alrededor de 1928, fecha que consideramos de fundación de la Casa. Posteriormente, trasladaron la pastelería a Plaza Larga esquina con Cuesta de la Alhacaba, manteniendo aún el nombre de ‘La Estrella’. Pero el uso generalizado del mote ‘el pasteles’, hizo que al final se cambiara por Casa Pasteles, nombre con el que hoy aún sigue conociéndose comercialmente esta firma. "

Al parecer esta tienda (bueno rectifico que son tres tiendas), son pastelerías y ventas de dulces al uso. La pastelería está sitiada en Plaza Larga, 1, y sus dos ventas de dulces en la calle Cuesta Alhacaba, 85 y en Hoya de la Mora, 10. Todas son muy famosas por su gran surtido en repostería de los dulces más emblemáticos de cada época del año. Pero me cuentan que estos de Navidad destacan sobre todos los demás.

Con lo años las tiendas se han ido aprovisionando de una amplísima carta de postres y helados que este negocio familiar ha sabido explotar a la perfección, diversos chocolates, cocos, hojaldres y un sin fin de tipos de dulces muy acorde a las tendencias más comunes del consumidor actual que reclama estos clásicos bocados de azúcar y otras delicias. Quizás siguen siendo algo iconoclastas con las modas más chic del momento, pero a mí me parece bien. Han sabido amoldarse a los nuevos tiempos pero sin variar la repostería más tradicional, cuestión que le hace ganar un tipo de adepto que creo que el hoy por hoy el más común. Pero son sus dulces de navidad más clásicos (y que apenas he probado) los que son más famosos entre las gentes, los mantecados, polvorones, manchegos, alfajores y roscos de anís, y espero que siga siendo así porque no me negaréis que la Navidad sin estos dulces no es un vacío deprimente.



También leo que es muy popular su leche merengada, y su leche frita, exquisiteces que me gustaría probar cuando me deje caer por esta tierra tan maravillosa.

Vamos, que en definitiva, lo que destaco de este negocio no es su innovación (que en el fondo la hay), si no su buen hacer y su calidad. Los dulces están hechos a la perfección, el chocolate es excelente, las proporciones pequeñas y finísimas, la almendra esta perfectamente oficiada, la presentación y envasado es magnífica, y por ultimo, la frescura y ternura de los mismos. Todo esto hace que por mi parte, y perdonad que insista en esto, este homenaje a los sentidos se haya convertido en compra obligada las Navidades del resto de nuestras vidas.

Y para que veáis que hemos probado muchos tipos, os diré que nos han traído de muchas categorías, supremas de nuez, ambrosías, naranjas navideñas, cerezas marrasquino, trufas de coco, delicias de naranja, mantecados bombón, polvorones, pastelillos de gloria, yemitas, higos de Santa Isabel, fruta choc y caprichos albayzineros. No sabría deciros cuál es el que más no gusta, pero cuando me como un polvorón, o una naranja navideña, disfruto un montón, ¿serán mis preferidos?, no lo sé, pero lo que es seguro es que siempre me apetecen.


Pues nada más. Quería comentároslo porque a mí aunque el dulce no es mi pasión, creo que han acertado de lleno con este pedazo de regalo, o pedazo de Granada, como diría mi amigo Angel.

Mil gracias a los dos por la sorpresa.

Salud.