Hola de nuevo a todos. Esta Semana Santa hemos estado unos amigos y yo conociendo una de esas nuevas propuestas en cocina que han aparecido en el lugar dónde paso yo mis vacaciones, Almuñecar. El sitio se encuentra en una de las zonas de ocio más importantes de la población, concretamente en la plaza Damasco, zona de copas y de cafés.


Mis amigos ya nos habían comentado que habían ido por allí hará unos meses con unos amigos y que por supuesto les gustó. No dudamos en aceptar la propuesta e ir allí a degustar algunos de sus fantásticos platos, al parecer cocinados por un tal chef Antonio.



A llegar nos sentaron en la terraza, terraza cubierta claro, y allí decidimos pedir varios platos para picotear, porque hambre lo que se dice hambre no teníamos, al final metimos la pata como casi siempre y pedimos más de la cuenta. Eso sí, para beber agua y un fantástico Calvente Moscatel de la zona, vino muy raro de encontrar fuera de la comarca y que increíblemente encontramos en carta. La carta de vinos era buena y sus precios más o menos correctos.


Pedimos entonces para compartir un salmorejo que estaba realmente bueno, bien es verdad que fue el primer plato que probamos, que por lo que el agravante del hambre no se es del todo objetivo, aunque os aseguro que no era mejor que el que probamos en Paquito Diaz. Luego pedimos un plato comodín, unas croquetas caseras, que pese a que a mí las croquetas no me gustan demasiado realmente estaban bien hechas. Luego nos dejamos llevar por un revuelto de trigueros, habas y alcachofas, que más que el revuelto en sí, era la calidad y frescura del plato que todo era natural, incluso las gambas que eran finísimas. Muy bien.


Después nos lanzamos a pedir unos bricks de queso y miel, que si bien es verdad que la pinta era bárbara, a nuestro juicio le faltaba en su interior algo dulce que rebajara la sosería final de un bocado de eso, de queso. Esto tienen que mejorarlo porque de verdad que el crujiente es único. Por último dos segundos, unos pimientos del piquillo en salsa de tomate rellenos de morcilla, la salsa de tomate no era casera, y un bacalao a la mozárabe que lo mejor del plato era sin duda esta deliciosa y acanaleada salsa que se han sacado de la manga, que a mi modesto juicio era brillante y sabrosísima porque bien es verdad que llegados a este punto, ya no podíamos más.


De postre pedimos un surtido del chef para dos personas, más que suficiente para los cuatro. Destaco del mismo alguna textura (no la del tocino de cielo que me pareció mediocre) y el chocolate, aunque en general no consideré el postre como fino, creo que en esto no acertamos.


En definitiva, las raciones desde luego eran contundentes y por regla general muy bien presentadas. Los precios no los recuerdo con exactitud, pero creo que estaban en la línea entre lo que realmente se debe de pagar y lo que te pide un resturante considerando todo en conjunto (local, servicio, género, variedad, cantidad, etc).


Como gustosamente nos invitaron no pude saber si realmente el precio en conjunto defraudaba o no, creo que no, aunque bien es verdad que pedimos de extrañas maneras, cuatro raciones, dos segundos y un postre para dos, todo esto no debería de haber pasado de los 60€, sin contar cubierto y bebida. Con cubierto y bebida debería de ser no más de 90€ tirando por lo alto, es decir, a unos 20-24€ por persona (8€ de media la ración, 5€ bebida por comensal (vino + agua), 12€ de media cada segundo y 5€ cada postre). En fin, no os puedo decir, pero creo que todo tenía un precio 'correcto'.


Pues nada, que si no sabéis dónde ir a comer en una oferta tan amplia como la que poseé esta población costera, si queréis cambiar un poco de aires y comer de forma moderna y con una buena variedad, acercaros por aquí, porque os aseguro que sin tener hambre, las cosas entran muy bien, por vista y por gusto.

Salud.