Y ya os podréis imaginar que la cocina china (la general) de aquí es algo distinta a la de por ejemplo EEUU, o a la de Suecia y no digo ya a la de la propia China, ellos mejor que nadie han sabido customizar a la perfección la cultura local de la región en la que aterrizan con la suya ofreciendo platos que pese a poseer sabores ajenos, máxime en nuestro caso, no desentona en absoluto en muchas consideraciones mediterráneas o latinas. Respetando además que existe una cultura del pan muy arraigada, de una forma carta diferenciada entre entrantes y luego segundos y postres, y como no de cocinar con productos que se encuentran fácilmente y de forma económica, esto ya dependiendo de cada región. Recuerdo pues que en el Soho de Londres, barrio chino que muchos dicen es muy parecido a los americanos, comí en un buffet cosas que por aquí no las había visto jamás, aunque bien es verdad que el contraste agridulce era común al de aquí, el menú era menos variado. Recuerdo que sólo había un arroz que era el de tipo tailandés, blanco como la nieve y sólo aromatizado.
En fin, que lo que sí que han sabido hacer es extenderse como la espuma por medio mundo.
Ya metidos en tema, os he comentado en algún otro post que los restaurantes de barrio chinos se han caracterizado siempre por ofrecer una comida variada y sabrosa a unos precios populares, y es que ya sabréis que dentro de toda la oferta de este tipo de restaurantes siempre ha habido unos mejores y otros peores, y aunque se nota modestamente en el precio, la calidad en el plato cambia por completo.
En lo referente a este plato lo habré probado en cincuenta o más restaurantes chinos distintos, la verdad es que las diferencias entre unos y otros son notables, y en el precio a lo mejor hablamos de 7€ el más caro y 4€ el más barato. Recuerdo ahora que el mejor restaurante chino de barrio que he ido en mi vida fue hace 10 años, estaba sitiado en Arturo Soria, a la altura de Pinar de Chamartín, y por lo que veo en Internet sólo hay uno que es el Ni Hao (91 302 59 07) aunque no estoy seguro de si seguirá siendo el mismo, era éste seguro. Si no lo conocéis y vais por allí pedir sobre todo el pato laqueado, que de verdad era excepcional. Mi hermano ahora recuerdo que también me lleva diciendo desde hace un tiempo que existe uno al final de la calle Alcalá que debo de visitar, aquí entra el handicap de mi chica, que es un poco anti chinos.
Lo que también me parece curioso de estos restaurantes es esa carta tan amplia, tan variada y ¡tan rápida en servir! porque siempre me preguntaba que no era normal que pudieras pedir el plato que fuera de entre 50, y tenértelo en 5 minutos. Además, con estos tópicos ya muy arraigados como la cocina secreta de los chinos, o de las tonterías de cómo es posible que haya arroz para 200 comensales sin que se pase, o que desde que está el chino en el barrio ya no hay gatos etc. Son tantas absurdeces que demuestran la poca apertura de mentes de muchos de nosotros, que desde luego no lo han tenido nada fácil y a la postre mirad, esta cocina ha demostrado perdurar en el tiempo y desde luego, os invito a que reflexionéis si es más sana que una hamburguesa congelada con patatas fritas de mentira que todos nosotros comemos frecuentemente.
Y os digo, hasta hace poco veía a los chinitos comprar en el mercado al lado tuyo, sin ir más lejos y hablando con una cajera del Alcampo de Alcobendas, nos comentaba que los chinos se llevaban todos los puerros que traían a la frutería desde hacía un tiempo (estaban baratos), y que le parecía curioso lo que hicieran todos los días, y es que es normal, el puerro es fundamental en su cocina.
Pues bien, al grano que me enrollo más que las persianas, este pollo al limón es uno de mis platos preferidos vaya al chino que vaya, porque entre otras cosas el contraste del ácido del limón y del pollo me encanta, y no digamos ya esa salsa que agridulce de limón clarucha que realmente está para chuparse los dedos, que no para mojar pan, curioso. Imaginaros ahora hacerlo vosotros con los mejores ingredientes.
Pues en varias ocasiones la he intentado reproducir, me acuerdo que aquel primer recetario que me llevé de vacaciones a la playa allá por el 96 venían varios platos chinos, concretamente el cerdo agridulce, el arroz tres delicias y el pollo al limón, platos que exploté ese verano y sucesivos hasta el punto de que la gente me pedía que los hiciera, no por lo bien que los hacía, que no soy yo el más indicado para juzgarlos, si no por lo diferentes que eran, sólo deciros que me llevaba casi toda una mañana para prepararlos, salsas, tempuras y que el género quedara limpio y de calidad.
Al principio reproducía este plato empanando el pollo, yo era el primero que sabía que así no se hacía siempre, aunque la última vez decidí cambiar al rebozado utilizado por ellos y no me salió del todo bien, bien es verdad que seguía utilizando el zumo de piña como base absoluta de la salsa mágica que os contaba, y no es así. Ahora ya he asimilado correctamente la receta original, y la próxima vez prometo un reportaje fotográfico que os adjuntaré de mil amores.
Por lo pronto os dejo esta estupenda receta, que espero que disfrutéis.
Salud.
La receta paso a paso la tenéis en Pollo con limón del restaurante chino.
Vaya rollazo!!!, yo simplemente buscaba una receta...
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